El anteproyecto de Ley de Servicios y Colegios Profesionales va a marcar un antes y un después en todas las profesiones afectadas por la misma. Arquitectos, médicos, farmacéuticos, ingenieros industriales o abogados, somos algunos de los profesionales cuyo futuro está en manos de un borrador, que irá en detrimento de nuestro ejercicio y de toda la sociedad.
El Tribunal Supremo dictó una sentencia el pasado mes de julio según la cual el Ayuntamiento de Valencia tendrá que pagar por las expropiaciones el triple de lo que viene pagando hasta ahora.
Que no se busque en la arquitectura la semilla de una crisis
Con la nueva ley de servicios profesionales que pretende aprobar el gobierno estudiar arquitectura será un fraude. La nueva norma significará el fin de los arquitectos. Lo decía hace poco el decano del colegio de arquitectos de Madrid. Y lo suscribo.
La muerte de la arquitectura hace ya tiempo que sucedió; lo que pasa es que todavía no ha llegado el certificado de defunción; o incluso ha llegado, pero no ha sido notificado; o acaso ha sido notificado, pero no ha sido firmada todavía la notificación por quien debía haberse dado por enterado.
Lo que ronde por la cabeza de un ministro de economía sobre qué puede significar para él ser arquitecto es verdaderamente difícil de saber.
El conocimiento y el estudio es lo que otorga razón de ser a las decisiones. Así es como nos han educado en Arquitectura, Y AHORA ESTO SE ROMPE por quienes, paradójicamente, no han tenido acceso a estos conocimientos. “La ciencia daña tanto a los que no saben servirse de ella, cuanto es útil a los demás” (Anaxágoras, 500AC-428AC).
Los Arquitectos en España hemos realizado tradicionalmente un trabajo con doble componente, humanística y tecnológica, que ha sido respetado y apreciado por nuestra sociedad y que ha supuesto el principal soporte para la generación, con visibilidad internacional, de la marca Arquitectura Española. En los actuales momentos de transformación permanente, apreciamos la aparición continua de acciones normativas que introducen en nuestro sector la lógica de la desregulación, con cambios que podrían tener carácter estructural.
Desde la publicación del Real Decreto 1000/2010, de 5 de agosto, sobre el visado colegial obligatorio, han sido muchos por no decir todos, los Colegios Profesionales (incluidas algunas asociaciones) de las carreras técnicas que han impugnado dicha disposición administrativa ante el Tribunal Supremo. A partir de junio de 2011 y hasta el mes de enero de 2013 el Tribunal Supremo ha dictado un buen número de sentencias resolviendo dichos recursos, y todos en el mismo sentido: desestimando todas las impugnaciones presentadas.
Encuesta sobre los asuntos que preocupan a los arquitectos