b

#36 ¿Como? Lo mio es igual, tengo ADSL con ONO porque no me llega la fibra, es más delito aún! jajaj
(por no contar que telefonica me la quiso meter doblada alargando mi portabilidad hasta abril para poder cobrarme más)

b

A mi me tienen jodido justo con una incidencia en la linea (tengo ONO, pero los instaladores que vienen son de Telefonica-Movistar) pero eh, los apoyo al 100%. Luego ya sangraré a ONO por el tiempo que me han dejado sin linea ellos, estoy con #33.

T

#35 Bueno, lo tuyo es mas grave, yo al menos aun tengo ADSL, pero en fin. También me jodió la del Metro de madrid y hay que asumirlo. Hoy por mi mañana por ti

b

#36 ¿Como? Lo mio es igual, tengo ADSL con ONO porque no me llega la fibra, es más delito aún! jajaj
(por no contar que telefonica me la quiso meter doblada alargando mi portabilidad hasta abril para poder cobrarme más)

b

Aunque quede redundante, sigue sin funcionar en Barcelona. Yo no me había enterado de nada hasta esta mañana. Internet me funcionaba sin problemas en casa, por eso no me he enterado hasta que he salido... Esperemos lo solucionen pronto.

b

jajajaja true story! Viví poco más de medio año allí y puedo confirmar la mayoría de estos signos!

b

#41 yo viví durante medio año en Edinburgh, a principios de 2011. Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, pero tengo claro que me equivoqué de destino. Me refiero al tema del trabajo, tienes que estar dispuesto a trabajar de lo que sea y, por lo que pude ver, la mayoría de españoles solo aspiran a barman, cleaner y trabajos similares.

De todos modos, recomiendo al experiencia a todo el mundo. En mi caso he vuelto a ejpania y tanto yo como mi pareja hemos encontrado trabajo, en cierto modo, por el aumento del inglés. No es que las cosas estén mejor fuera de aquí, hay de todo, pero hay que aprovechar cada momento.

Sobre lo del folleteo, no se tu, pero en Cowgate había folleteos cada día! jejej

b

#357 el negarlo no te va a ayudar en la vida, la verdad. No soy del todogratismo. Compro libros, voy al cine y consumo música. Más que antes, sí. Y mira tu por donde, soy "artista".
Y sí, se puede dejar de beber, es facil. Igual que he dicho antes, esfuerzo y dedicación.

b

#342 puede ser falso para quien no quiere ver la verdad. Es mi experiencia personal, he comprado más discos desde que tengo internet, ya que he descubierto, por ejemplo, grupos nuevos. También tengo que decir que he dejado de comprar MIERDA. Al poder escuchar el disco antes, si es una basura me lo he ahorrado.

D

#349 Oh sí, la verdad única del todogratismo.
A otro con ese engañabobos de si me gusta me lo compro, eso es más falso que el mañana dejo de beber.

b

#357 el negarlo no te va a ayudar en la vida, la verdad. No soy del todogratismo. Compro libros, voy al cine y consumo música. Más que antes, sí. Y mira tu por donde, soy "artista".
Y sí, se puede dejar de beber, es facil. Igual que he dicho antes, esfuerzo y dedicación.

Homelandz

#357 Fanduber, tus argumentos son de órdago. "Eso es falso de toda falsedad", "a otro con ese engañabobos"... ya sabemos que no hay manera de convencerte, pero por lo menos podrías decir que piensas tú del tema, ¿no? Te hago un "resumen" (todo lo resumido que se puede) del asunto:

1.- La libre distribución de contenidos es una inevitabilidad tecnológica

Más allá de la valoración que nos merezca este hecho, las industrias de contenidos van a tener que convivir con una oferta alternativa gratuita. No hay más. Ir contra las páginas de enlaces, como pretende la Ley Sinde, no sirve de nada, porque las páginas de enlaces son opcionales, y porque de una manera u otra seguirán estando ahí (a no ser que construyamos una “muralla” como la que el gobierno chino tiene para controlar internet). Perseguir el tráfico entre usuarios pasa inexorablemente por vulnerar el derecho al secreto de las comunicaciones para fiscalizar qué tráfico es “legítimo” y cuál de obras “protegidas”; no veo salida por este lado porque intentar algo así en serio me parece poco viable debido al coste político que tendría (mucha oposición popular = políticos que se bajan del carro), y en última instancia sólo serviría para que los usuarios migraran a clientes P2P que encriptaran el tráfico e hicieran imposible saber quién descarga qué de quién. En el caso de los libros lo veo aún más complicado: un libro apenas ocupa espacio y se puede enviar como adjunto en un mail, o subirlo a “la nube” sin mucho esfuerzo.

Además de todo esto no podemos olvidar el intercambio presencial. En un pincho USB de 24Gb caben unos 30.000 libros/miles de discos.. En la memoria de mi móvil, que puede comunicarse con otros vía bluethooth, correo eléctronico, etc unos 10.000. Y estos números no van a parar de crecer.

2.- La libre distribución de contenidos es un gran avance social

Es casi una utopía hecha realidad: toda la cultura al alcance de todo el mundo. Es importante destacarlo porque nunca se dice. Sin embargo la cultura es fundamental para que tomemos mejores decisiones como sociedad. Cuanto mayor sea el acceso a la cultura, menos posibilidades hay de que cometamos errores irreparables; en los últimos 10 años en los EEUU hemos visto cómo crecía el oscurantismo y la interpretación literal de la Biblia (véase a los creacionistas), y cómo los ciudadanos compraban una mentira tan obvia como la guerra de Irak. La cultura es el mejor antídoto contra estas cosas. Los críticos de las descargas tratan de banalizar esto, y dicen que la gente sólo se descarga “entretenimiento”, películas palomiteras y discos olvidables de los ídolos adolescentes de turno. Mi experiencia no es esa. Sea como sea yo no olvido que no hace mucho fui un adolescente sediento de cultura sin suficiente dinero en el bolsillo para pagar todos los libros, cómics y discos que quería, y lo importante para mi, el cambio fundamental, es que ahora el que quiere, puede. El que realmente tiene interés más allá del entretenimiento puede explorar y aprender libremente. Ese el cambio fundamental.

3.- La remuneración de los autores está garantizada gracias a nuevos modelos de negocio

Todo lo de arriba está muy bien, pero ¿cómo remuneramos a los autores por su trabajo? Los que creemos que la libre distribución de contenidos es una muy buena noticia no somos insensibles (más bien al contrario) al hecho de que la aspiración de un escritor o músico a vivir de su trabajo es legítima, al hecho de que la legislación de Copyright que la evolución tecnológica ha dejado obsoleta pretendía proveer de un incentivo a la creación que consideramos necesario, y al hecho de que peligran los puestos de trabajo de miles de trabajadores del sector cultural.

¿Cómo afrontar estos problemas? Es necesario repensar el modelo de negocio de la industria de los contenidos.

La venta de copias físicas no está muerta. Siempre habrá alguien que quiera pagar por un libro en papel o por un disco de vinilo, pero está claro que el pago por copia va a perder el papel central del que ha disfrutado en las industrias de contenidos. ¿Cuál puede ser el modelo de negocio de la industria editorial del futuro? Basándome en la experiencia ya conocida de otras iniciativas, me permito proponer lo siguiente:

a) Las editoriales deberían digitalizar y poner a libre disposición del público lector sus contenidos en una plataforma única, para concentrar a los usuarios. Cualquiera podría acceder a dicha plataforma y descargar cualquier contenido, con un razonablemente incómodo límite diario y mensual. Una cosa que se olvida a menudo al decir que es imposible competir con las descrgas gratuitas es que éstas requieren que invirtamos tiempo y conocimientos en ellas. Para descargar una serie hay que saber usar bittorrent, saber abrir los puertos en el router, saber encontrar los subtítulos, conocer qué formatos leen nuestros reproductores domésticos y cuáles no, y aún así a veces te encuentras con fakes o virus… por eso mucha gente, sobretodo gente mayor, tira de conocidos que controlan. Una alternativa cómoda y rápida, con el plus moral de que sus ingresos van a parar a los autores tiene todas las de ganar.

b) La plataforma incluiría publicidad, que también hallaríamos incrustada en los libros descargados.

c) Junto a este servicio “free” habría uno “premium”: a través de un pago por suscripción (una cantidad razonable como 5 euros al mes) cualquier usuario podría evitar la publicidad y los límites de descarga, así como acceder a otros servicios (quizá tener un acceso privilegiado al autor a través de encuentros digitales, etc.)

d) El coste del ancho de banda se evitaría al funcionar la plataforma como un sistema P2P que aproveche el upload de los usuarios, recurriendo a la descarga directa sólo cuando nadie online comparta un contenido determinado.

e) Dicha plataforma pugnaría además por convertirse en el punto de encuentro de la comunidad lectora: incentivaría la participación de autores y público en foros y encuentros digitales*, y en general pondría en práctica técnicas de community management: se organizarían concursos, se promocionaría y facilitaría el salto de la comunidad virtual a la real a través de quedadas, se crearía una sección donde la gente pudiera aprender de literatura e historia de la literatura -de la misma manera que Pandora edita un Podcast sobre música – etc.

f) Debería de haber también algún tipo de sistema de recomendaciones, como el de Last.fm (o el de youtube, sin ir más lejos.

g) Los ingresos se repartirían proporcionalmente al número de descargas de los usuarios premium (para evitar el fraude), contabilizando sólo una descarga por usuario

h) Además, al lado de cada obra contaríamos con un botón para donar dinero al autor o autores.

* Aprovecho para comentar que el rol del autor en la promoción debe cambiar. No sé si estáis al tanto de cómo Guillermo del Toro participó activamente en el foro de The One Ring cuando estaba al cargo de El Hobbit (podéis leer sobre ellos aquí http://tinyurl.com/676pnvl), pero me parece el ejemplo perfecto. Involucras al público en la preproducción, predisponiéndolos al consumo, haciéndolos sentir partícipes, recogiendo un feedback que muchas veces puede ser útil e incluso acabar incorporado al resultado final… Lo que está claro es que la publicidad unidireccional a la antigua usanza está en declive, especialmente entre la gente más joven, los consumidores del futuro, acostumbrados a la interacción bidireccional desde niños. En resumen: en el futuro será común que los autores interactúen con sus lectores en foros como este.

4.- Autores y público. Corolario

La conflictividad entre autores y público es artificial. En el nuevo paradigma ambos ganan. El público puede acceder libremente a todas las obras, los autores se liberan del yugo de las industrias de contenidos que, quizá no tanto en el mundo editorial, pero en otros mercados se han dedicado a vampirizar a los artistas y a tratar de controlar el mercado mediante el control de los canales de distribución y la inversión publicitaria (véase el mercado discrográfico, con sus contratos leoninos, sus royalties ridículos sobre el precio del disco o su control de las radiofórmulas). El modelo que he propuesto para el mercado editorial funciona ya para el discográfico o audiovisual. Netflix es una gran empresa que cotiza en el Nasdaq, con más de 20 millones de suscriptores y en plena expansión geográfica. Spotify pagó el año pasado a las discográficas suecas más que cualquier otro tienda, física u online (incluyendo iTunes). No sé cuál es la capacidad de generación de ingresos de un modelo así para el mercado editorial; quizá no genere sufientes suscriptores, aunque sé que muchos participaríamos gustosos, y que al desintermediarse la relación entre autor y público, aún siendo los ingresos menores, habría que repartirlos entre menos intermediarios. Y si finalmente con esto no basta, no soy contrario a que, con las cifras de difusión transparentes que proporcionaría este modelo, los ingresos de los autores se completaran con dinero del Estado, recaudado mediante canon o no.

El futuro está por venir, pero hay una cosa que hay que dejar bien clara desde ya. Nosotros, por bajarnos un libro de la web, no estamos matando a la cultura, como sugieren algunos comentarios de este hilo. El hecho de que un grupo de lectores, desinteresadamente, ponga en marcha una web como esta es una muestra de que, al contrario de lo que dicen algunos, la cultura nos importa, y mucho. Que debatamos estos temas tan en profundidad y tratando de ofrecer alternativas es otro ejemplo. Desde que leo sobre el tema (y hace ya 17 años que se publicó Vender vino sin botellas, el pistoletazo de salida) no me he encontrado ningún libro, artículo o hilo donde no se propongan alternativas para garantizar la remuneración de los autores y, en la medida de lo posible, la supervivencia o reconversión de los puestos de trabajo de los trabajadores culturales. ¿Cómo puede alguien decir que la cultura no

c

#399 Que alguien me explique el negativo a este comentario con todo lo que se lo ha currao...

b

#336 la descarga en sí no recompensa al autor, pero puede acercar a un posible comprador. La cosa es entre tener 0 fijo o tener 0 pero la posibilidad de venta.
La gente descarga por precios abusivos, ye stá demostrado. Hay muchísima gente que compra libros en amazon a 0.99€, por ejemplo. Hay muchísima gente que compra discos a precios asequibles. Es posible que muchos no se vendan en ejpaña, y no se hará hasta que las industrias se renoven. Han tenido tiempo para implantar el ebook, por ponerte el caso más cercano, y no lo han hecho. Cuando han querido adaptarse, la gente ya se había buscado las lentejas en otros sitios. Y, para colmo, el mismo precio un libro editado que un libro electrónico. Lo siento, pero no.

D

#340 la descarga en sí no recompensa al autor, pero puede acercar a un posible comprador. La cosa es entre tener 0 fijo o tener 0 pero la posibilidad de venta.

Eso es falso de toda falsedad.

b

#342 puede ser falso para quien no quiere ver la verdad. Es mi experiencia personal, he comprado más discos desde que tengo internet, ya que he descubierto, por ejemplo, grupos nuevos. También tengo que decir que he dejado de comprar MIERDA. Al poder escuchar el disco antes, si es una basura me lo he ahorrado.

D

#349 Oh sí, la verdad única del todogratismo.
A otro con ese engañabobos de si me gusta me lo compro, eso es más falso que el mañana dejo de beber.

b

#357 el negarlo no te va a ayudar en la vida, la verdad. No soy del todogratismo. Compro libros, voy al cine y consumo música. Más que antes, sí. Y mira tu por donde, soy "artista".
Y sí, se puede dejar de beber, es facil. Igual que he dicho antes, esfuerzo y dedicación.

Homelandz

#357 Fanduber, tus argumentos son de órdago. "Eso es falso de toda falsedad", "a otro con ese engañabobos"... ya sabemos que no hay manera de convencerte, pero por lo menos podrías decir que piensas tú del tema, ¿no? Te hago un "resumen" (todo lo resumido que se puede) del asunto:

1.- La libre distribución de contenidos es una inevitabilidad tecnológica

Más allá de la valoración que nos merezca este hecho, las industrias de contenidos van a tener que convivir con una oferta alternativa gratuita. No hay más. Ir contra las páginas de enlaces, como pretende la Ley Sinde, no sirve de nada, porque las páginas de enlaces son opcionales, y porque de una manera u otra seguirán estando ahí (a no ser que construyamos una “muralla” como la que el gobierno chino tiene para controlar internet). Perseguir el tráfico entre usuarios pasa inexorablemente por vulnerar el derecho al secreto de las comunicaciones para fiscalizar qué tráfico es “legítimo” y cuál de obras “protegidas”; no veo salida por este lado porque intentar algo así en serio me parece poco viable debido al coste político que tendría (mucha oposición popular = políticos que se bajan del carro), y en última instancia sólo serviría para que los usuarios migraran a clientes P2P que encriptaran el tráfico e hicieran imposible saber quién descarga qué de quién. En el caso de los libros lo veo aún más complicado: un libro apenas ocupa espacio y se puede enviar como adjunto en un mail, o subirlo a “la nube” sin mucho esfuerzo.

Además de todo esto no podemos olvidar el intercambio presencial. En un pincho USB de 24Gb caben unos 30.000 libros/miles de discos.. En la memoria de mi móvil, que puede comunicarse con otros vía bluethooth, correo eléctronico, etc unos 10.000. Y estos números no van a parar de crecer.

2.- La libre distribución de contenidos es un gran avance social

Es casi una utopía hecha realidad: toda la cultura al alcance de todo el mundo. Es importante destacarlo porque nunca se dice. Sin embargo la cultura es fundamental para que tomemos mejores decisiones como sociedad. Cuanto mayor sea el acceso a la cultura, menos posibilidades hay de que cometamos errores irreparables; en los últimos 10 años en los EEUU hemos visto cómo crecía el oscurantismo y la interpretación literal de la Biblia (véase a los creacionistas), y cómo los ciudadanos compraban una mentira tan obvia como la guerra de Irak. La cultura es el mejor antídoto contra estas cosas. Los críticos de las descargas tratan de banalizar esto, y dicen que la gente sólo se descarga “entretenimiento”, películas palomiteras y discos olvidables de los ídolos adolescentes de turno. Mi experiencia no es esa. Sea como sea yo no olvido que no hace mucho fui un adolescente sediento de cultura sin suficiente dinero en el bolsillo para pagar todos los libros, cómics y discos que quería, y lo importante para mi, el cambio fundamental, es que ahora el que quiere, puede. El que realmente tiene interés más allá del entretenimiento puede explorar y aprender libremente. Ese el cambio fundamental.

3.- La remuneración de los autores está garantizada gracias a nuevos modelos de negocio

Todo lo de arriba está muy bien, pero ¿cómo remuneramos a los autores por su trabajo? Los que creemos que la libre distribución de contenidos es una muy buena noticia no somos insensibles (más bien al contrario) al hecho de que la aspiración de un escritor o músico a vivir de su trabajo es legítima, al hecho de que la legislación de Copyright que la evolución tecnológica ha dejado obsoleta pretendía proveer de un incentivo a la creación que consideramos necesario, y al hecho de que peligran los puestos de trabajo de miles de trabajadores del sector cultural.

¿Cómo afrontar estos problemas? Es necesario repensar el modelo de negocio de la industria de los contenidos.

La venta de copias físicas no está muerta. Siempre habrá alguien que quiera pagar por un libro en papel o por un disco de vinilo, pero está claro que el pago por copia va a perder el papel central del que ha disfrutado en las industrias de contenidos. ¿Cuál puede ser el modelo de negocio de la industria editorial del futuro? Basándome en la experiencia ya conocida de otras iniciativas, me permito proponer lo siguiente:

a) Las editoriales deberían digitalizar y poner a libre disposición del público lector sus contenidos en una plataforma única, para concentrar a los usuarios. Cualquiera podría acceder a dicha plataforma y descargar cualquier contenido, con un razonablemente incómodo límite diario y mensual. Una cosa que se olvida a menudo al decir que es imposible competir con las descrgas gratuitas es que éstas requieren que invirtamos tiempo y conocimientos en ellas. Para descargar una serie hay que saber usar bittorrent, saber abrir los puertos en el router, saber encontrar los subtítulos, conocer qué formatos leen nuestros reproductores domésticos y cuáles no, y aún así a veces te encuentras con fakes o virus… por eso mucha gente, sobretodo gente mayor, tira de conocidos que controlan. Una alternativa cómoda y rápida, con el plus moral de que sus ingresos van a parar a los autores tiene todas las de ganar.

b) La plataforma incluiría publicidad, que también hallaríamos incrustada en los libros descargados.

c) Junto a este servicio “free” habría uno “premium”: a través de un pago por suscripción (una cantidad razonable como 5 euros al mes) cualquier usuario podría evitar la publicidad y los límites de descarga, así como acceder a otros servicios (quizá tener un acceso privilegiado al autor a través de encuentros digitales, etc.)

d) El coste del ancho de banda se evitaría al funcionar la plataforma como un sistema P2P que aproveche el upload de los usuarios, recurriendo a la descarga directa sólo cuando nadie online comparta un contenido determinado.

e) Dicha plataforma pugnaría además por convertirse en el punto de encuentro de la comunidad lectora: incentivaría la participación de autores y público en foros y encuentros digitales*, y en general pondría en práctica técnicas de community management: se organizarían concursos, se promocionaría y facilitaría el salto de la comunidad virtual a la real a través de quedadas, se crearía una sección donde la gente pudiera aprender de literatura e historia de la literatura -de la misma manera que Pandora edita un Podcast sobre música – etc.

f) Debería de haber también algún tipo de sistema de recomendaciones, como el de Last.fm (o el de youtube, sin ir más lejos.

g) Los ingresos se repartirían proporcionalmente al número de descargas de los usuarios premium (para evitar el fraude), contabilizando sólo una descarga por usuario

h) Además, al lado de cada obra contaríamos con un botón para donar dinero al autor o autores.

* Aprovecho para comentar que el rol del autor en la promoción debe cambiar. No sé si estáis al tanto de cómo Guillermo del Toro participó activamente en el foro de The One Ring cuando estaba al cargo de El Hobbit (podéis leer sobre ellos aquí http://tinyurl.com/676pnvl), pero me parece el ejemplo perfecto. Involucras al público en la preproducción, predisponiéndolos al consumo, haciéndolos sentir partícipes, recogiendo un feedback que muchas veces puede ser útil e incluso acabar incorporado al resultado final… Lo que está claro es que la publicidad unidireccional a la antigua usanza está en declive, especialmente entre la gente más joven, los consumidores del futuro, acostumbrados a la interacción bidireccional desde niños. En resumen: en el futuro será común que los autores interactúen con sus lectores en foros como este.

4.- Autores y público. Corolario

La conflictividad entre autores y público es artificial. En el nuevo paradigma ambos ganan. El público puede acceder libremente a todas las obras, los autores se liberan del yugo de las industrias de contenidos que, quizá no tanto en el mundo editorial, pero en otros mercados se han dedicado a vampirizar a los artistas y a tratar de controlar el mercado mediante el control de los canales de distribución y la inversión publicitaria (véase el mercado discrográfico, con sus contratos leoninos, sus royalties ridículos sobre el precio del disco o su control de las radiofórmulas). El modelo que he propuesto para el mercado editorial funciona ya para el discográfico o audiovisual. Netflix es una gran empresa que cotiza en el Nasdaq, con más de 20 millones de suscriptores y en plena expansión geográfica. Spotify pagó el año pasado a las discográficas suecas más que cualquier otro tienda, física u online (incluyendo iTunes). No sé cuál es la capacidad de generación de ingresos de un modelo así para el mercado editorial; quizá no genere sufientes suscriptores, aunque sé que muchos participaríamos gustosos, y que al desintermediarse la relación entre autor y público, aún siendo los ingresos menores, habría que repartirlos entre menos intermediarios. Y si finalmente con esto no basta, no soy contrario a que, con las cifras de difusión transparentes que proporcionaría este modelo, los ingresos de los autores se completaran con dinero del Estado, recaudado mediante canon o no.

El futuro está por venir, pero hay una cosa que hay que dejar bien clara desde ya. Nosotros, por bajarnos un libro de la web, no estamos matando a la cultura, como sugieren algunos comentarios de este hilo. El hecho de que un grupo de lectores, desinteresadamente, ponga en marcha una web como esta es una muestra de que, al contrario de lo que dicen algunos, la cultura nos importa, y mucho. Que debatamos estos temas tan en profundidad y tratando de ofrecer alternativas es otro ejemplo. Desde que leo sobre el tema (y hace ya 17 años que se publicó Vender vino sin botellas, el pistoletazo de salida) no me he encontrado ningún libro, artículo o hilo donde no se propongan alternativas para garantizar la remuneración de los autores y, en la medida de lo posible, la supervivencia o reconversión de los puestos de trabajo de los trabajadores culturales. ¿Cómo puede alguien decir que la cultura no

c

#399 Que alguien me explique el negativo a este comentario con todo lo que se lo ha currao...

b

Lo que parece es que los "artistas" no entienden que una descarga (que es legal) no equivale a un libro/disco que no se vende. Equivale a llegar a una persona que si lo viese en una tienda no lo compraría y que, posiblemente, pueda llegar a gustarle lo que ha descargado y lo compraría.
Lo que parece que los "artistas" tampoco ven es como la gente "de su entorno" se lucra de su obra. Luego no es de extrañar que si ves un disco a 20€ no lo compres. Yo recuerdo los tiempos en los que un CD valía, pongamos 15€. La gente no lo compraba y la industria decía "Coño, no podemos bajar más el precio, así ya perdemos dinero...". Poco tiempo despues ponian los discos+dvd por 15€. ehm... ¿hola? ¿Si antes con un cd ya se perdía dinero, que pasa con el dvd? En fin, se os ve el plumero.

Ahora experiencia personal. Soy "musico" y con mi grupo hemos sacado ya un LP y dos 7'' (en vinilo). Al no tener gente que se lucre en el camino, la realidad es que desde el "artista" hasta el usuario final hay un disco por 5€, o 8€, además del trato que te da el "artista" directamente y no un señor con corbata. Además, de esos 5€, el 100% es para mi y para mi grupo, con lo que vendiendo solamente la mitad de los que se han editado ya sacas lo que has invertido. Además, por si fuera poco, está todo colgado en internet, gratis, con lo que he llegado a recibir correos de gente pidiendo donde pueden comprarlo porque les gustaría "tener el libreto" por ejemplo. No me imagino si algún día puedo llegar a hacer algo de calidad lo que puede pasar.

Creo que hay poca gente partidaria del "todogratismo", sino más bien al contrario, gente que esta harta que le tomen el pelo con contenidos de MIERDA a un precio muy elevado y que solo beneficia a los mismos de siempre. ¿Quieres que tu obra sea vendida a millones? Haz algo bueno. Esfuerzo y dedicación. Y dejar de mirarse el ombligo a ver cuantos billetes caen y trabajar para hacer contenido de calidad.

D

#299 Una descarga no equivale a un disco no vendido, pero tampoco se recompensa al autor.
Y te pido permiso para corregirte la gente descargar porque es gratis, no porque los precios sean abusivos.

b

#336 la descarga en sí no recompensa al autor, pero puede acercar a un posible comprador. La cosa es entre tener 0 fijo o tener 0 pero la posibilidad de venta.
La gente descarga por precios abusivos, ye stá demostrado. Hay muchísima gente que compra libros en amazon a 0.99€, por ejemplo. Hay muchísima gente que compra discos a precios asequibles. Es posible que muchos no se vendan en ejpaña, y no se hará hasta que las industrias se renoven. Han tenido tiempo para implantar el ebook, por ponerte el caso más cercano, y no lo han hecho. Cuando han querido adaptarse, la gente ya se había buscado las lentejas en otros sitios. Y, para colmo, el mismo precio un libro editado que un libro electrónico. Lo siento, pero no.

D

#340 la descarga en sí no recompensa al autor, pero puede acercar a un posible comprador. La cosa es entre tener 0 fijo o tener 0 pero la posibilidad de venta.

Eso es falso de toda falsedad.

b

#342 puede ser falso para quien no quiere ver la verdad. Es mi experiencia personal, he comprado más discos desde que tengo internet, ya que he descubierto, por ejemplo, grupos nuevos. También tengo que decir que he dejado de comprar MIERDA. Al poder escuchar el disco antes, si es una basura me lo he ahorrado.

D

#349 Oh sí, la verdad única del todogratismo.
A otro con ese engañabobos de si me gusta me lo compro, eso es más falso que el mañana dejo de beber.

b

#357 el negarlo no te va a ayudar en la vida, la verdad. No soy del todogratismo. Compro libros, voy al cine y consumo música. Más que antes, sí. Y mira tu por donde, soy "artista".
Y sí, se puede dejar de beber, es facil. Igual que he dicho antes, esfuerzo y dedicación.

Homelandz

#357 Fanduber, tus argumentos son de órdago. "Eso es falso de toda falsedad", "a otro con ese engañabobos"... ya sabemos que no hay manera de convencerte, pero por lo menos podrías decir que piensas tú del tema, ¿no? Te hago un "resumen" (todo lo resumido que se puede) del asunto:

1.- La libre distribución de contenidos es una inevitabilidad tecnológica

Más allá de la valoración que nos merezca este hecho, las industrias de contenidos van a tener que convivir con una oferta alternativa gratuita. No hay más. Ir contra las páginas de enlaces, como pretende la Ley Sinde, no sirve de nada, porque las páginas de enlaces son opcionales, y porque de una manera u otra seguirán estando ahí (a no ser que construyamos una “muralla” como la que el gobierno chino tiene para controlar internet). Perseguir el tráfico entre usuarios pasa inexorablemente por vulnerar el derecho al secreto de las comunicaciones para fiscalizar qué tráfico es “legítimo” y cuál de obras “protegidas”; no veo salida por este lado porque intentar algo así en serio me parece poco viable debido al coste político que tendría (mucha oposición popular = políticos que se bajan del carro), y en última instancia sólo serviría para que los usuarios migraran a clientes P2P que encriptaran el tráfico e hicieran imposible saber quién descarga qué de quién. En el caso de los libros lo veo aún más complicado: un libro apenas ocupa espacio y se puede enviar como adjunto en un mail, o subirlo a “la nube” sin mucho esfuerzo.

Además de todo esto no podemos olvidar el intercambio presencial. En un pincho USB de 24Gb caben unos 30.000 libros/miles de discos.. En la memoria de mi móvil, que puede comunicarse con otros vía bluethooth, correo eléctronico, etc unos 10.000. Y estos números no van a parar de crecer.

2.- La libre distribución de contenidos es un gran avance social

Es casi una utopía hecha realidad: toda la cultura al alcance de todo el mundo. Es importante destacarlo porque nunca se dice. Sin embargo la cultura es fundamental para que tomemos mejores decisiones como sociedad. Cuanto mayor sea el acceso a la cultura, menos posibilidades hay de que cometamos errores irreparables; en los últimos 10 años en los EEUU hemos visto cómo crecía el oscurantismo y la interpretación literal de la Biblia (véase a los creacionistas), y cómo los ciudadanos compraban una mentira tan obvia como la guerra de Irak. La cultura es el mejor antídoto contra estas cosas. Los críticos de las descargas tratan de banalizar esto, y dicen que la gente sólo se descarga “entretenimiento”, películas palomiteras y discos olvidables de los ídolos adolescentes de turno. Mi experiencia no es esa. Sea como sea yo no olvido que no hace mucho fui un adolescente sediento de cultura sin suficiente dinero en el bolsillo para pagar todos los libros, cómics y discos que quería, y lo importante para mi, el cambio fundamental, es que ahora el que quiere, puede. El que realmente tiene interés más allá del entretenimiento puede explorar y aprender libremente. Ese el cambio fundamental.

3.- La remuneración de los autores está garantizada gracias a nuevos modelos de negocio

Todo lo de arriba está muy bien, pero ¿cómo remuneramos a los autores por su trabajo? Los que creemos que la libre distribución de contenidos es una muy buena noticia no somos insensibles (más bien al contrario) al hecho de que la aspiración de un escritor o músico a vivir de su trabajo es legítima, al hecho de que la legislación de Copyright que la evolución tecnológica ha dejado obsoleta pretendía proveer de un incentivo a la creación que consideramos necesario, y al hecho de que peligran los puestos de trabajo de miles de trabajadores del sector cultural.

¿Cómo afrontar estos problemas? Es necesario repensar el modelo de negocio de la industria de los contenidos.

La venta de copias físicas no está muerta. Siempre habrá alguien que quiera pagar por un libro en papel o por un disco de vinilo, pero está claro que el pago por copia va a perder el papel central del que ha disfrutado en las industrias de contenidos. ¿Cuál puede ser el modelo de negocio de la industria editorial del futuro? Basándome en la experiencia ya conocida de otras iniciativas, me permito proponer lo siguiente:

a) Las editoriales deberían digitalizar y poner a libre disposición del público lector sus contenidos en una plataforma única, para concentrar a los usuarios. Cualquiera podría acceder a dicha plataforma y descargar cualquier contenido, con un razonablemente incómodo límite diario y mensual. Una cosa que se olvida a menudo al decir que es imposible competir con las descrgas gratuitas es que éstas requieren que invirtamos tiempo y conocimientos en ellas. Para descargar una serie hay que saber usar bittorrent, saber abrir los puertos en el router, saber encontrar los subtítulos, conocer qué formatos leen nuestros reproductores domésticos y cuáles no, y aún así a veces te encuentras con fakes o virus… por eso mucha gente, sobretodo gente mayor, tira de conocidos que controlan. Una alternativa cómoda y rápida, con el plus moral de que sus ingresos van a parar a los autores tiene todas las de ganar.

b) La plataforma incluiría publicidad, que también hallaríamos incrustada en los libros descargados.

c) Junto a este servicio “free” habría uno “premium”: a través de un pago por suscripción (una cantidad razonable como 5 euros al mes) cualquier usuario podría evitar la publicidad y los límites de descarga, así como acceder a otros servicios (quizá tener un acceso privilegiado al autor a través de encuentros digitales, etc.)

d) El coste del ancho de banda se evitaría al funcionar la plataforma como un sistema P2P que aproveche el upload de los usuarios, recurriendo a la descarga directa sólo cuando nadie online comparta un contenido determinado.

e) Dicha plataforma pugnaría además por convertirse en el punto de encuentro de la comunidad lectora: incentivaría la participación de autores y público en foros y encuentros digitales*, y en general pondría en práctica técnicas de community management: se organizarían concursos, se promocionaría y facilitaría el salto de la comunidad virtual a la real a través de quedadas, se crearía una sección donde la gente pudiera aprender de literatura e historia de la literatura -de la misma manera que Pandora edita un Podcast sobre música – etc.

f) Debería de haber también algún tipo de sistema de recomendaciones, como el de Last.fm (o el de youtube, sin ir más lejos.

g) Los ingresos se repartirían proporcionalmente al número de descargas de los usuarios premium (para evitar el fraude), contabilizando sólo una descarga por usuario

h) Además, al lado de cada obra contaríamos con un botón para donar dinero al autor o autores.

* Aprovecho para comentar que el rol del autor en la promoción debe cambiar. No sé si estáis al tanto de cómo Guillermo del Toro participó activamente en el foro de The One Ring cuando estaba al cargo de El Hobbit (podéis leer sobre ellos aquí http://tinyurl.com/676pnvl), pero me parece el ejemplo perfecto. Involucras al público en la preproducción, predisponiéndolos al consumo, haciéndolos sentir partícipes, recogiendo un feedback que muchas veces puede ser útil e incluso acabar incorporado al resultado final… Lo que está claro es que la publicidad unidireccional a la antigua usanza está en declive, especialmente entre la gente más joven, los consumidores del futuro, acostumbrados a la interacción bidireccional desde niños. En resumen: en el futuro será común que los autores interactúen con sus lectores en foros como este.

4.- Autores y público. Corolario

La conflictividad entre autores y público es artificial. En el nuevo paradigma ambos ganan. El público puede acceder libremente a todas las obras, los autores se liberan del yugo de las industrias de contenidos que, quizá no tanto en el mundo editorial, pero en otros mercados se han dedicado a vampirizar a los artistas y a tratar de controlar el mercado mediante el control de los canales de distribución y la inversión publicitaria (véase el mercado discrográfico, con sus contratos leoninos, sus royalties ridículos sobre el precio del disco o su control de las radiofórmulas). El modelo que he propuesto para el mercado editorial funciona ya para el discográfico o audiovisual. Netflix es una gran empresa que cotiza en el Nasdaq, con más de 20 millones de suscriptores y en plena expansión geográfica. Spotify pagó el año pasado a las discográficas suecas más que cualquier otro tienda, física u online (incluyendo iTunes). No sé cuál es la capacidad de generación de ingresos de un modelo así para el mercado editorial; quizá no genere sufientes suscriptores, aunque sé que muchos participaríamos gustosos, y que al desintermediarse la relación entre autor y público, aún siendo los ingresos menores, habría que repartirlos entre menos intermediarios. Y si finalmente con esto no basta, no soy contrario a que, con las cifras de difusión transparentes que proporcionaría este modelo, los ingresos de los autores se completaran con dinero del Estado, recaudado mediante canon o no.

El futuro está por venir, pero hay una cosa que hay que dejar bien clara desde ya. Nosotros, por bajarnos un libro de la web, no estamos matando a la cultura, como sugieren algunos comentarios de este hilo. El hecho de que un grupo de lectores, desinteresadamente, ponga en marcha una web como esta es una muestra de que, al contrario de lo que dicen algunos, la cultura nos importa, y mucho. Que debatamos estos temas tan en profundidad y tratando de ofrecer alternativas es otro ejemplo. Desde que leo sobre el tema (y hace ya 17 años que se publicó Vender vino sin botellas, el pistoletazo de salida) no me he encontrado ningún libro, artículo o hilo donde no se propongan alternativas para garantizar la remuneración de los autores y, en la medida de lo posible, la supervivencia o reconversión de los puestos de trabajo de los trabajadores culturales. ¿Cómo puede alguien decir que la cultura no