Desde luego que su libro, y la cobertura que ha tenido, ha sido un catalizador que ha ayudado a que esto sea posible; pero desde mucho antes ya había grupos de personas trabajando en proyectos paralelos que tenían una base en común: no sabemos qué coño hacer, pero si sabemos que no podemos estar en casa sin hacer nada.
¿Pero es que no véis la pancarta molotov que lleva para quemar contenedores y romper escaparates a la que sale corriendo delante de los grises azules?