Parece que en tiempo de crisis los gobernantes comienzan a regalar los oídos de los electores anunciando severos recortes del número de altos cargos, que en los últimos años ha crecido desaforadamente. El anuncio del gobernante de suprimir altos cargos es recibido con complacencia por el pueblo. Sin embargo, esta medida (al igual que la publicidad de la telefonía móvil o la composición de las croquetas vendidas como caseras) ha de analizarse bajo la superficie para comprobar con tristeza que es un regalo envenenado pues el ahorro es ficticio.
La Sexta es una de las 10 marcas comerciales más potentes de España, según el último estudio 'BrandAsset Valuator' (BAV) La cadena de televisión ha entrado este año en el "top 10" de las marcas españolas con mejores perspectivas para 2010, junto a Coca-Cola, Nike, El Corte Inglés, Ferrari, Ferrero Rocher, Mercedes Benz, Cola Cao, Ikea y Google. El consejero delegado de La Sexta, José Miguel Contreras, ha manifestado que les ha dejado "un poco sorprendidos"
Todavía hay quien se extraña de que Esperanza Aguirre haya ganado dos elecciones en Madrid, y amenace con una tercera victoria sin sudar demasiado. Pues ahí tienen otro ejemplo de su forma de hacer política, ahora con su llamada a la rebelión contra la subida del IVA. Llámenla populista, demagoga, irresponsable. Ella sabe bien lo que hace, y no le va nada mal.
Aunque la esté utilizando aquí, la palabra esqueismo no existe. Me refiero con ella a ese vicio tan extendido de utilizar excusas para justificar comportamientos indebidos u omisiones flagrantes. Llamo esqueismo, pues, al hábito de utilizar la expresión “es que…”. Hay personas especializadas en el uso de esta locución exculpatoria. Personas que hacen un uso tan frecuente de ella, que ya lo han mecanizado, lo han convertido en un automatismo.
Se acabaron los 24 fotogramas por segundo. Definitivamente, la química ha perdido la batalla también en el cine. En 2013 se prevé que haya más salas digitales que analógicas, una progresión que parecía impensable hace unos pocos años, cuando muchos exhibidores aún desconfiaban de la nueva tecnología y alegaban la falta de oferta para resistirse a hacer las millonarias inversiones para el cambio de sistema. La hora ha llegado y, además, en algunos países como España incluso se corre el peligro de haber empezado demasiado tarde.