Sadan Huseim era un tirano, un asesino y un despota pero era el único capaz de mantener a raya a sumnitas y chiitas por igual. Muerto el rey a dividir el pastel y no será la comunidad internacional la que ponga freno a la escalada de violencia que tiene unas profundas raices entroncadas en la religión.

La mitad del cerebro de Isabel San Sebastian está tan podrído como su otra mitad. Y tanta podredumbre no puede engendrar otra cosa que comentarios inmundos como este.

Impresionante el relato y aún así que corto se queda de la triste realidad de muchos paises del tercer mundo.

Muy recomendable el documental Super Size Me. Nadie podría explicarse las razones de que el Ministerio de Sanidad arremetiera contra el tamaño de las raciones de una cadena de restaurantes de comida rápida si no fuera porque las raciones grandes provocan mayor adicción a este típo de comida como queda claro en el documental. De cualquier manera es trabajo de los padres y las escuelas el educar a los niños para que aprendan a comer correctamente.

Cuando llegará el dia en que Estados Unidos deje de bloquear las resoluciones de la ONU contra las constantes y flagrantes vulneraciones de los derechos civiles y el derecho internacional?

Tienes razón. Pensé que no había llegado a enviar ese artículo. En cualquier caso ambos artículos hacen referencia a noticias diferentes y el fin de ambas es entretener y dar a conocer otras webs.

solo he enviado una noticia. y es mi primera noticia. es normal que solo envíe noticias de uno.

Spam?. De donde te sacas que este artículo sea un Spam

Mas deshinibidos puede pero no mejores. Los españoles seguimos siendo nefastos echando polvos lo que resulta genial para los que somos mediocres porque ya se sabe que en el país de los ciegos el tuerto es el rey.

España ha dado grandes pasos para tratar de normalizar la realidad gay y aún así ¡queda tanto por hacer!.
Una educación basada en el respeto a las diferencias es la clave para que las futuras generaciones aprendan a convivir en un entorno plural. Sin embargo la Iglesia y el Partido Popular alteran, con sus postulados, principios básicos y derechos fundamentales que recoge la constitución española y el buen sentir de la mayoría de los ciudadanos de este país.
No se puede bajar la guardia y el gobierno debería aplicar medidas ejemplares contra este tipo de actos de terrorismo civil.