Hay otro ejemplo muy reciente de la realidad del dopaje. Pep Guardiola jugó quince temporadas en el fútbol español —en el Barcelona—, pasó una treintena de controles «antidoping» y el resultado fue siempre el mismo: inmaculado, perfecto. Sin embargo, Pep Guardiola se marchó después al fútbol italiano, llegó el primer control «antidoping» y dio positivo. Ese hecho dejaba en evidencia la permisividad que había en España.
Y como San Google es nuestro hamijo, para demostrar la afirmación de José María García:
http://www.elpais.com/articulo/deportes/Liga/italiana/castiga/Guardiola/meses/dopaje/intencionado/elpepidep/20020125elpepidep_1/Tes
Ayudar al prójimo siempre es positivo; catetizarlo, perdón catequizarlo, no...