No se pueden comparar los matrimonios civiles y los católicos porque es como comparar “peras con manzanas: son frutas distintas”. La frase no es de Ana Botella, sino de Juan Antonio Martínez Camino, el portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que hoy se ha salido por la tangente para evitar reconocer que los españoles se casan más por la vía civil, en lugar de pasar por la vicaría y dar la “voluntad” al párroco de turno.

A raiz de la lectura de un artículo periodístico de la prensa de hoy, sábado, alguien realizó una consulta léxica pues no se creía lo que el articulista escribía. El resultado de la investigación se transcribe a continuación. El único diccionario serio que no contiene este vocablo es el de la RAE.

Es, pues, urgente que quienes creemos —laicos, ateos, creyentes que no piensan que su dios les obliga a imponer a los demás sus normas...— que no puede haber ni un paso atrás en la separación entre legislación y ortodoxias religiosas sino todo lo contrario, nos organicemos. La batalla puede ser muy dura, pero merece la pena.