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Aquí pasan dos cosas, creo yo...
Primera: No hay una diferencia TAN apreciable en un primer momento, entre un violinista bueno y otro excepcional, y violinistas relativamente buenos tocando en los metros del mundo hay bastantes.

En segundo lugar, no se espera que la gente en un día de trabajo se quede parada a escuchar. Se entiende que la expectativa del artista es básicamente obtener una moneda (cuantas más monedas mejor) y que nadie se pare, y los viandantes entienden lo mismo.

Sin embargo, anteayer, en la calle Preciados en Madrid (una calle peatonal y en un día de fiesta) se formó un corro considerable alrededor de un quinteto de cuerda, y tocaban bien, pero tampoco eran impresionantes (se notaba un poco hasta en la afinación).

Se sabe cuántas monedas sacó el violinista en el rato que estuvo? A lo mejor habría que cuantificar su éxito de esta manera...

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Bueno... Charles Simonyi no fue fundador de Microsoft, aunque sí uno de sus primeros y más importantes empleados, siendo su mayor contribución la concepción de la suite "Office", y participando directamente en la creación de Microsoft Word, que nació a partir del innovador software que él ya había diseñado con anterioridad, llamado "Bravo".

http://en.wikipedia.org/wiki/Charles_Simonyi (Inglés)

En las palabras de nuestro amigo Bill Gates, Charles Simonyi es "uno de los más grandes programadores de todos los tiempos"

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Desde mi punto de vista, hay dos formas en las que podrían conseguirse resultados como los que dice este artículo:

- Mediante la web semántica, que parece difícil que se convierta en un estándar en un futuro cercano
- Usando técnicas avanzadas de Inteligencia Artificial y reconocimiento de lenguaje, muchas de las cuales todavía no existen.

Unicamente con modificaciones algorítmicas, no creo que se logren grandes avances, pero bueno, veremos lo que se consigue.

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Más allá de sus más conocidas obras como la trilogía de la Fundación, o sus historias de robots, os recomiendo encarecidamente que leáis su novela "Los propios Dioses" (ganadora de los premios Hugo y Nebula en 1972/73).

Para mí es una de las mejores novelas de ficción científica de todos los tiempos.