Creo, aunque sea un poco pesado e ingenuo, que si quienes criticamos las actuaciones y declaraciones (muchas veces provocadores y casi inquisitoriales) de la oligarquía eclesiástica, abjurásemos de la fe católica (como ellos dicen), es decir, apostatáramos, tendría menos poder político y moral en general en la sociedad. Es un poco engorroso el trámite, pero se puede hacer...
Salvo algunas cuestiones dudosas como "la del juez más mediático y famoso del mundo" que no matiza (ignoro su intención) y la omisión de la parte "carnavalera" que le toca al especímen político-financiero de su tierra, comparto lo que dice Sala i Martín.
Aunque "el soberanismo" también incordia políticamente tela... y no excluyo absolutamente a ninguno.