Con semejantes premisas no es de extrañar que por Europa se esté extendiendo una reunión llamada fiesta del achuchón (cuddle party) donde los participantes pagan por dar y recibir cariño. Por 15 euros, durante dos horas y media, se puede hablar, acariciar, abrazar y mimar, en definitiva, querer y dejarse querer. Lo malo no es la idea en sí, sino que estemos llegando al punto de tener que pagar para llenar nuestras carencia afectivas al menos unas horas.
Negar el Holocausto e incitar al odio racial están penado en Alemania con un máximo de cinco años de prisión.
Cambiar Holcausto por 11-M y sustituir odio racial por odio a culturas. ¡Sorpresa!