#27 El criterio económico como elemento principal en la valoración de las licitaciones se impuso legalmente para evitar los sobrecostes. Se cambió la ley por los abusos en los contratos con la administración donde era habitual aumentar mucho los precios y, de hecho, es lo que sucede cuando los contratos no siguen la norma general por ser pequeños o urgentes (veáse lo sucedido con las mascarillas durante la pandemia).
Fue necesario imponer la norma de que gana la oferta más barata que cumpla los requisitos; y esa es la clave, "que cumpla los requisitos", aunque esté a solo 3 puntos de la baja temeraria.
El grado de detalle de los pliegos de contratación es el que permite a las empresas maniobrar para aumentar su beneficio y el problema es que no es igual adquirir bolígrafos que contratar un servicio de limpieza o la gestión integral de un centro asistencial, donde son tantos los factores que es muy difícil acotar todo; de hecho tras varias pifias de esta clase la ley ha vuelto a cambiar y ahora permite que en determinados casos no sea la oferta más barata la ganadora de la licitación y se tengan en cuenta propuestas que aporten valores diferentes que vayan en el sentido de mejorar el servicio en lugar de abaratarlo. A ver si hubiera suerte y cambiara de nuevo la tendencia.
¿Nadie se ha parado a pensar que el sistema de contratación/adjudicación de la administración es vergonzoso? Si solo prima (o lo que más prima) es el criterio económico, acaba pasando esto: Que se lleva el servicio el más barato. El caso de aquí es sangrante pero habitual. ¿Como se puede prestar el mismo servicio con un bajada del 34%? Obviamente a base de empeorar las condiciones, y/o reducir/putear al personal, sería difícil hacerlo de otra manera. Pues así todos los concursos públicos. ¿Que queremos?