Lo peor es que en lugar de derribar esas monstruosidades de hoteles, derriban las pequeñas casitas que se muestran de Tenerife, que llevan allí toda la vida y que no causan ningún impacto visual. Yo he visto esas casas antiguas, y son realmente bonitas y allí sólo han vivido familias humildes durante muchas generaciones.
Sólo veo en esta noticia un engaño más de telefónica.