Despues del 22-M, ¿qué?.
Pues mucho me temo que cobraremos en desazón
(a añadir a la del 15M), puesto que sí, nos hemos manifestado, hemos
adelantado el calendario de romerias y procesiones pascuales....y por
desgracia con la mera peregrinación nos hemos quedado.
Cómo en el poema de Kavafis, descubrimos el día despues que la meta era el camino....puesto que los minutos de gloria de la manifestación no son meta en modo alguno.
Cuidado también con lo de los Derechos Humanos, que es una doble vara de medir:
Fuera de aquí, se invoca su incumplimiento allí dónde interesa para hacer guerras y conculcar el más sagrado, el de la vida.
Aquí, son papel mojado; al igual que la Constitución.
Me sorprende que en su artículo Anguita no mencione el gran olvido de estas
marchas: El antibelicismo y el antifascismo, cuando asistimos atónitos a
guerras, cambios violentos a través de mercenarios y golpes de estado instigados por estos
"demócratas" que nos dirigen desde USA y la UE.
¿Tanto cuesta radiografiarlos en esta evidencia que los retrata mejor que la invocación al finiquitado "estado del bienestar"?.
Anguita sabe que ahí les duele ("Malditas guerras..."), ¿por qué ese empeño en
no insistir en esta denuncia, de un fascismo y un belicismo que se
volverá también contra nosotros?
¿Y qué nos dice el Sr. Anguita sobre la lavada de cara del régimen con la muerte de Suarez, intentando
teñirse de una dignidad imposible por medio de la invocación a un
supuesto pasado glorioso de una transición que no existió del todo?.
También echo en falta en el artículo la denuncia del espectáculo mediático que
ha supuesta el apantallamiento informativo del 22M mediante la crónica
de la muerte anunciada de Suarez y que todavía prosigue.
Parte del desencanto, de la decepción que sumaremos a las anteriores viene de la
mano de una campaña mediática perfectamente orquestada con todo este asunto y que está sin denunciar todavía,
y que ha tirado por los suelos el esfuerzo enorme de miles de personas que llevaban meses preparando esta iniciativa del 22M.
El error del 22M, insisto, confundir la meta con la concentración en Madrid y no caer en la cuenta de que ésta es en realidad el esforzado camino que tenemos por delante.
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Despues del 22-M, ¿qué?.
Pues mucho me temo que cobraremos en desazón
(a añadir a la del 15M), puesto que sí, nos hemos manifestado, hemos
adelantado el calendario de romerias y procesiones pascuales....y por
desgracia con la mera peregrinación nos hemos quedado.
Cómo en el poema de Kavafis, descubrimos el día despues que la meta era el camino....puesto que los minutos de gloria de la manifestación no son meta en modo alguno.
Cuidado también con lo de los Derechos Humanos, que es una doble vara de medir:
Fuera de aquí, se invoca su incumplimiento allí dónde interesa para hacer guerras y conculcar el más sagrado, el de la vida.
Aquí, son papel mojado; al igual que la Constitución.
Me sorprende que en su artículo Anguita no mencione el gran olvido de estas
marchas: El antibelicismo y el antifascismo, cuando asistimos atónitos a
guerras, cambios violentos a través de mercenarios y golpes de estado instigados por estos
"demócratas" que nos dirigen desde USA y la UE.
¿Tanto cuesta radiografiarlos en esta evidencia que los retrata mejor que la invocación al finiquitado "estado del bienestar"?.
Anguita sabe que ahí les duele ("Malditas guerras..."), ¿por qué ese empeño en
no insistir en esta denuncia, de un fascismo y un belicismo que se
volverá también contra nosotros?
¿Y qué nos dice el Sr. Anguita sobre la lavada de cara del régimen con la muerte de Suarez, intentando
teñirse de una dignidad imposible por medio de la invocación a un
supuesto pasado glorioso de una transición que no existió del todo?.
También echo en falta en el artículo la denuncia del espectáculo mediático que
ha supuesta el apantallamiento informativo del 22M mediante la crónica
de la muerte anunciada de Suarez y que todavía prosigue.
Parte del desencanto, de la decepción que sumaremos a las anteriores viene de la
mano de una campaña mediática perfectamente orquestada con todo este asunto y que está sin denunciar todavía,
y que ha tirado por los suelos el esfuerzo enorme de miles de personas que llevaban meses preparando esta iniciativa del 22M.
El error del 22M, insisto, confundir la meta con la concentración en Madrid y no caer en la cuenta de que ésta es en realidad el esforzado camino que tenemos por delante.