Familias de migrantes desembarcan en las costas europeas, con gesto azorado tras una peligrosa travesía: esta escena habitual en el Mediterráneo es nueva en los puertos del mar Negro, donde las autoridades se interrogan sobre esta inédita "ruta rumana".
La corrupción y el atraso lastran el ideal europeo en la periferia que va de Bucovina a Odesa.
Zoólogos de la Universidad de Cambridge filmaron un grupo de ánades reales que cazaban otras aves en un embalse en Rumania. Dos polluelos -la lavandera cascadeña (Motacilla cinerea) y el colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros)- fueron perseguidos y tragados cuando aterrizaron en el agua. Los resultados de la observación han sido publicados en la revista Waterbird.
El litoral rumano se anuncia como una importante alternativa al Mediterráneo en cuanto al turismo de playa debido a su bajo coste. En 2017, se prevé que aumente un 26 % en 2017 respecto al 2016, con un total de unos 2,5 millones de turistas, precisa la Federación de Asociaciones de Promoción Turística de Rumanía (FAPT). A los extranjeros les atraen los clubes y los casinos, mientras que los rumanos eligen la costa del Mar Negro por los problemas en Turquía y la aglomeración en Grecia.
Situada a escasa hora y media de Bucarest, la antigua prisión de Pitești, parcialmente reconvertida en memorial en el 2011, simboliza el centro de sufrimiento físico y espirítual del período comunista rumano. Su nombre está asociado al “Fenómeno Pitești” un experimento de reeducación a través de la tortura, que se llevó a cabo en esta prisión en los años 50. Un hecho poco conocido y estudiado tanto dentro como fuera de Rumanía que ejemplifica la dureza del sistema represivo rumano desde sus comienzos.