¿Gato? No, conejo. Del latín " cuniculu-m" cuyo significado era "cavidad o galería subterránea" y de la que procede la palabra conejo (el animalito tan simpático que la construye) y que a su vez da origen a la palabra "COÑO" nombre vulgar con el que se le conoce al órgano sexual femenino: ese oscuro objeto de deseo.
Una nueva palabra española introducida en otras lenguas junto con las de guerrilla, siesta, paella, torero... A ver si poquito a poquito desbancamos al imperialismo del inglés.