La comunidad Menéame ha hecho del término llorica toda una institución: un culto de machitos contra mariconcitos, que incluso las meneantes mujeres hacen suyo con evidente propiedad.
Ahora cómanse el menú que han cocinado, por supuesto, sin llorar.
Respecta a la noticia, lo bueno de los gobiernos de derecha es que se sincera la relacion entre poder político y económico y se transparentan los conflictos de interés.
Respecto a los flames que se arman, algunas veces sólo me producen vergüenza ajena.