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La Secretaría General de Calidad y Evaluación Ambiental aprobó recientemente la "modificación puntual del Plan general de ordenación municipal para corregir el ámbito de protección del yacimiento arqueológico 4 PHA" en Vilagarcía. En la práctica, esto supone desplazar en el plano Os Petroglifos dos Meadelos y abrir la puerta a reducir el radio de protección alrededor del yacimiento, hasta sólo diez metros.

La declaración es producto de una solicitud del exalcalde socialista José Recuna Villaverde, según informó a María López en Faro de Vigo. El primer edil de Vilagarcía en la democracia pretende construir una casa en la hinca en la que estás los yacimientos.

La polémica no gira en torno a reubicación en el plano de los petroglifo, que semejar están mal ubicados en el catálogo oficial de la Dirección General de Patrimonio. El más relevante es que la Xunta autoriza la posible reducción del ámbeto de protección integral alrededor de ellos.

Los petroglifo están en el centro de la hinca y la casa que pretende hacer al ex-político no los afectaría directamente. Con todo, hoy por hoy la construcción sería ilegal porque afectaría al perímetro de protección integral que especifica la Ley. Con la luz verde de la Xunta, el Ayuntamiento de Vilagarcía puede limitar ese perímetro, permitiendo la construcción del inmueble a sólo diez metros de los grabados.

El BNG local ya se pronunció en contra. El concejal Xabier Ríos argumenta que además de los petroglifo localizados oficialmente hay más yacimientos en la contornea, algunos a sólo 100 metros como Os Ballotes, por el que solicitará que se amplíe el perímetro de protección. Recientemente se encontraron nuevos yacimientos muy próximos a los Ballotes y a los Meadelos.

Los petroglifo de Os Ballotes-Meadelos (en el Salceda, Bamio, Vilagarcía) son uno de los primeros estudiados por los historiadores del país. A principios del siglo XX también fueron visitados por el investigador alemán Hugo Obermarier.

Así y todo, el principal argumento de la Xunta para "posibilitar la construcción de una vivienda unifamiliar en las inmediaciones del ámbito" debido a que los petroglifo "no son muy importantes debido a que poseen un único motivo cada una de ellas y los grabados están bastante erosionados".

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Un grupo de arqueólogos gallegos excava por primera vez las ruinas de Belchite
La Batalla de Belchite fue uno de los grandes enfrentamientos urbanos de la Guerra Civil. Además supuso la internacionalización del conflicto porque en ello participaron, por primera vez, brigadistas internacionales. Algunos de sus descendientes participan en la Campaña. GC iniciará, a cargo del arqueólogo Xurxo Ayán, una serie de crónicas de esta excavación.
Por Galicia Confidencial | Belchite | 17/09/2014 Twittear menéame Chuzar Del Melhor Cabozo del.icio.us
Un proyecto hispano-británico liderado por el profesor e investigador del CSIC Alfredo González Ruibal comenzó a excavar estos días, y por primera vez en 77 años, las ruinas de Belchite Viejo, el pueblo aragonés conocido por la "Batalla de Belchite" y que supuso la internacionalización la Guerra Civil Española.
El objeto de este proyecto es realizar una primera aproximación a este paisaje bélico desde una perspectiva arqueológica. En esta localidad tuvo lugar a primera gran batalla urbana de la Guerra Civil y la que algunos historiadores dicen que fue también el prólogo del que serían las grandes batallas de la Segunda Guerra Mundial.
"El objetivo general se concreta en tres líneas: la producción de una base empírica a partir de excavaciones, prospecciones y aplicación de tecnología 3D, el desarrollo de un programa de arqueología pública para la difusión de los restos de la guerra y la posguerra en tanto que patrimonio cultural, y la reflexión sobre las formas de gestión adecuadas para dicho patrimonio", comentan los impulsores de esta escabación.
El proyecto está dirigido por Alfredo González Ruibal y por Salvatore Garfi (University of East Anglia). Las excavaciones contarán con voluntarios procedentes de diversos países entre los los cuales se encuentran descendientes directos de brigadistas internacionales que combatieron en el Ejército de la República.
De hecho, esta batalla fue la primera gran batalla de la guerra en la que participaron los divisionarios. Estaban al mando de "Walter" (Karol Swierczewski), en la 35ª División, que incluía a XV Brigada Internacional (británicos, canadienses y americanos)
En esta excavación también participa el Grupo de Investigación en Patrimonio Construido de la Facultad de Letras de la Universidad del País Vasco, con el arqueólogo Xurxo Ayán al frente. Precisamente, este colaborador de GC remitirá crónicas de esta excavación a lo largo de los próximos días.
El equipo que llevará a cabo las excavaciones cuenta con una dilatada experiencia en arqueología de la Guerra Civil y la dictadura franquista. Desde el año 2006 intervino en media docena de escenarios bélicos y de la dictadura: las trincheras de la Ciudad Universitaria (Madrid, 2008), la Batalla del Ebro (Tarragona, 2011), la Frente de los Puertos (León, 2011), el destacamento penal de Bustarviejo (Madrid, 2006-2011), el campo de concentración de Castuera (Badajoz, 2010-2012), la cárcel de Carabanchel (2007-2008) y la ofensiva del Alto Tajuña (2010-2013).
La Batalla de Belchite

Esta batalla tuvo lugar entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre de 1937 en el marco de la ofensiva republicana sobre Zaragoza. La conquista de esta localidad fortificada movilizó un gran número de hombres y medios militares republicanos. Se saldó finalmente con la toma por los republicanos del pueblo, que quedó completamente devastado. Se estima que murieron 5.000 personas en 14 días de enfrentamientos.
Como consecuencia de esta batalla, el pueblo quedó completamente arrasado, aunque hasta entonces llegó a ser una villa de cierto importancia, albergando hasta dos monasterios y varias iglesias. El dictador Franco decidió reconstruirlo justo al lado, dejando las ruinas del pueblo viejo de Belchite intactas como recuerdo de la contienda. Los encargados de la construcción del nuevo pueblo fueron principalmente prisioneros republicanos para los cuales se habilitó un campo de concentración en las cercanías, cuyos restos aun se conservan, y que permaneció abierto desde 1940 hasta 1945, llegando a albergar a 1.000 prisioneros.