¡Pero qué mariconada es ésta, alcaide! Que ya van dos veces esta semana. ¿Esto es una cárcel o una casa de putas? Un poco de respeto, que somos convictos, pero seguimos siendo personas. Y que no haya una tercera, ¿eh?, porque la montamos y no nos vuelve a ver el pelo. Y ni usted ni nosotros quiere eso, ¿verdad, alcaide?
Personalmente, creo que salvo al principio, Losantos lo ha machacado.
Se reprochan ambos ser demagogos. Pablo, buena salida, le dice, ¡Que me lo digas tú! Federico, ni se inmuta y le dice "te lo digo", y sigue con el contraejemplo de escrache del PP contra Pablo, al que éste no responde.
Pablo reprocha a Federico su posición sobre el 11M. Y Federico calla (punto para Pablo). Pablo dice que los desahucios son injustos y que esto lo dice un tribunal europeo (mete la gamba estrepitosamente y se desdirá hacia el final del programa cuando lo interpela uno de los tertulianos con acento andaluz).
Federico reprocha lo del Congreso comparándolo con la pretensión de montar una cheka. Critica a Ada Colau y se ceba en el argumento soltado por Pablo de que una injusticia legitima cualquier otra injusticia. Se pone brutal cuando dice que le da asco ver a la izquierda que él conocía convertida en banda de delincuentes.
Pablo no contraargumenta y pasa a criticar al Gobierno por no cumplir con su programa electoral. Federico, con toda la mala ostia del mundo, le pregunta "¿pero a ti te gustaba el programa electoral del PP?", y con aún mayor mala ostia le agradece por defender a los votantes del PP. Pablo calla.
Interviene Vidal Quadras. Penosísimo.
En su réplica a Vidal Quadras, Pablo habla del autoritarismo del gobierno, del ADN franquista de la derecha española y de Fraga como formando parte de un Consejo de Ministros fascista que aprobó penas de muerte.
Federico entra al trapo criticando que la izquierda se arrogue la autoridad moral de juzgar y condenar a la derecha española. Enfrenta a Fraga con Carrillo acusándole de muchísimas más muertes directas. Y saca a Stalin. Y se pone directamente faltón hablando del empleo interino de Pablo y de su falta de autoridad para hablar del franquismo. Cita a la Pasionaria, Corea, Venezuela. Se mete a discutir (con un profesor de Ciencias Políticas) la validez de la Declaración de derechos francesa sacando a relucir el Terror, y contraponiéndola con la Declaración de Independencia americana y su defensa del individuo contra el estado. Y se vuelve a cebar con la desafortunada expresión "ADN franquista" que había utilizado Pablo.
Pablo, en vez de argumentar políticamente, entra al trapo de lo personal, y apela a su sueldo de menos de 1000 euros y a que tiene un compromiso con la Universidad pública, y que Federico cobra 8 veces más. Penosa autodefensa. Después dice que sacar a Carrillo a escena en el debate político es penoso (por lo que no queda claro por qué habló él de Fraga y Franco, como le reprocha Federico). Pablo habla de que el Gobierno está robando la democracia, y Federico, con mucha mala ostia, de nuevo, le pregunta "Y tú se la vas a devolver, ¿no?" La respuesta de Pablo "No, será la iniciativa privada la que se la devuelva" tiene su punto, pero es mucho menos incisiva (y menos graciosa) que la pulla de Federico.
Pasa un tío que se parece a Michel con gafas y no sé qué quiere decir. Interviene el que tiene acento andaluz, ponen unas imágenes, y vuelve Pablo.
Critica la posición de la derecha sobre Venezuela, ocultando lo de que los 10 muertos eran todos chavistas, y mantiene que ellos pueden elegir al Jefe del Estado y nosotros no, por haber sido puesto por Franco. Habla de que la limpieza de las elecciones fue sancionada por observadores internacionales, incluso alguno del PP. Es cuando Federico le dice que se va a condenar, y que con su aspecto nazareno se está haciendo un Barrabás. Quizás un chiste para consumo interno de la cadena, a mí me parece que no tenía ni puta gracia. Pero en vez de ponerlo en su sitio (preguntando, por ejemplo, "¿Pero de verdad que quieres que este debate verse sobre la pinta de cada uno de nosotros, o de quién la tiene más larga?", quiere terminar su análisis -en mi opinión muy pobre- sobre lo de Venezuela.
Federico parte de que lo de Venezuela es una dictadura, a lo que Pablo salta de nuevo con lo de los observadores internacionales. A los observadores internacionales, Federico no les da ningún crédito. Señala que uno de ellos es Bono, que medió en la compra venezolana de barcos de guerra, como para fiarse. Pablo señala que también había algunos del PP, a lo que Federico responde que los del PP serán como Bono, no blandos, "peor". Federico le dice que lo de aceptar el recuento solicitado por Capriles para, sólo cuatro horas después, proclamarse presidente y negarse al recuento cuando empezó a reducirse la distancia en votos era escandaloso, y mucho más que la izquierda fuese cómplice de ese escándalo. Pablo pone cara de escándalo, pero sólo argumenta que la derecha protesta por lo de Venezuela pero no por lo de Paraguay. Federico se lo concede, pero le responde que se lo cambia, y Pablo queda callado.
Después de que intervenga un tipo que creo que hacía de juez en un programa de la tele de hace más de 20 años, Federico se vuelve a mofar de Pablo por haber hablado de 5 millones de parados no contando los del gobierno Rajoy. Pablo calla.
Ponen imágenes de los incidentes en la Universidad, y Pablo comenta que a cualquiera que haya cometido una infracción en una protesta le caerá encima el peso de la ley, frente a lo que sucede con Urdangarín, o Rato. Federico se lo niega, diciendo que con mucha posibilidad encontrará un juez progre que entenderá que es sólo ejercicio de la libertad de expresión, al igual que el presidente del PJ no entiende como censurables los escraches. Y Pablo calla. De nuevo. Y ya no vuelven a discutir.
Pablo fue muy valiente, y salió airoso de varios contertulios. Pero en mi opinión, Federico lo trasquiló. Y si visto el debate alguien piensa que Pablo Iglesias venció dialécticamente a Federico J. Losantos me parece bastante claro que el sesgo confirmatorio funciona hasta niveles insospechados por los psicólogos cognitivos.