#59 Los hábitos no están cambiando. Lo que cambian son los juguetes que la industria del entre-tenimiento y la in-formación nos tiran desde el carro de los reyes magos. Es que hay que estar inventando cacharros nuevos constantemente para que el personal siga trabajando para poder comprarlos y construirlos. La rueda es muy lucrativa, pues, para empezar, el poder del estado depende de los impuestos. De ese pastizal se tira luego un poco para abajo, aunque siempre teniendo mucho cuidado de no ofrecer nada que les pueda volver más independientes o autónomos a los súbditos, pues el estado trabaja para sí, para sus intereses, antes que para los de nadie, faltaría mas. Y oye: mira que es curioso que a los políticos se les descubra de vez en cuando alguna q otra cuentilla en las caimán con decenas si no centenas de millones de euros. Y lo que habrá por ahí. Y todo es pastizal, de dónde sale?

Nos escandaliza todo un poco, pero lo cierto es que no. No nos queremos enterar.

#80 La conclusión no se sigue de las premisas.

Aunque el error es bien comprensible. Es que estás sin saberlo construyendo el razonamiento al revés. Sabes que la conclusión ha de ser "Se debe ir a votar" y desde ahí te buscas las justificaciones. Si es que estas cosas se notan a la legua. Ahora: ¿no te llama la atención que tu opinión resulta ser exactamente la misma que se proclama y promociona desde todos los centros de poder? Motivos para desconfiar de tus opiniones no te faltan. Y ademas, dudar es bien saludable.

#1 Pero vamos a ver una cosa. El poder judicial jamás ha sido un obstáculo para que los gobiernos y sus empleados espien o intervengan comunicaciones. Una cosa es que sin orden judicial no puedas usar lo "intervenido" como prueba en un juicio y otra cosa muy distinta es que la Administración no pueda pincharte el teléfono ahora mismo y escuchar lo que le dé la gana. Si es que los engaños están todos delante de nuestras narices y no nos queremos enterar. No nos queremos enterar. Creemos que sí, pero no. Ese es el asunto.

#78 [viene de lo anterior] [...] que pueda valer: esto de la unificación de las lenguas nace con el proyecto del latín imperial. ¿Pros y contras de ese proyecto? pues habrá que estudiarlo, sin dogmatismos ni moralismos, con espíritu tan escéptico y analítico como se pueda, y después, pero sólo después, echar la cuenta. Cualquier otra cosa, era fe.

sananselmodecanterbury

#73 Está bien que disientas, pues ese es el principio del razonamiento y también la única vía para ejercerlo. Así que vamos a ejercitarlo, por lo pronto precisando un poco.

Veo que te has ido (aunque no sé muy bien por qué) al artículo primero (aunque lo citas a medias) de la auto-constitución (revisada, por cierto) de la academia de Su Majestad. Supongo que lo traes a colación como argumento en favor de lo que justo un poco antes has dicho, o sea que "disientes conmigo". El problema es que, además de que (como voy a mostrarte) nada de lo que has puesto después de tu primera línea entra en contradicción con lo que yo he dicho (ni siquiera responde al caso), resulta que el artículo ese de la constitución de la Suya academia de la Suya lengua tiene varios problemas (y bibliografía sobra al respecto), y gordos (algunos de los cuales voy a mostrarte también, en lo que sigue), problemas no sólo del tipo a los relativos a todas las definiciones formales autolegitimadoras, sino, en este caso, tan graves como que la autodefinición es formalmente inválida.

Por lo pronto, que tu argumento no viene al caso, te lo demuestro rápido: que una academia, club, grupo o una persona cualquiera, decida que va a dictar una serie de normas gramaticales (en sentido amplio de la palabra) NO QUIERE DECIR que esas normas estén legitimadas por la gramática de la lengua misma, o sea por la observación del objeto (en este caso una lengua o caso idiomático de lengua), y esto indiferentemente de la justificación que se dé o se nos dé del interés, valor, o utilidad del establecimiento y difusión de esas normas. O sea que, los criterios en virtud de los cuales se puede decir que algo es "correcto gramaticalmente" o "incorrecto" no los decide ese club, sino la gramática de la lengua misma, y lo único que ese club está decidiendo o juzgando es cómo se debe hablar o escribir para poder satisfacer los intereses que se han definido como deseables para todos los hablantes de ella (y esos intereses son: que pueda esa lengua seguir diciéndose que es una y la misma, entre otras cosas porque saben que se transforma, y si se transforma demasiado nos aparecen declaraciones unilaterales de autodeterminación nacional por todas partes). Que es muy distinto.

Confundir lo uno con lo otro, es lo que en román paladino se llama poner el carro delante de los bueyes. Es como si nos juntamos tú y yo y decidimos que vamos a DEFINIR las reglas de la composición química del Agua, y al conjunto de esas reglas le llamamos la receta para hacer Agua correctamente: no hay ningún problema en ello, siempre y cuando nuestras definiciones provengan de la observación y análisis de la composición y funcionamiento del agua misma, Y SIEMPRE Y CUANDO no pretendamos que nuestras definiciones o reglas sean las que decidan cómo se compone correctamente el Agua y no el propio Agua. Pues lo mismo: si tú y tus amigos empezáis a decir "habemus" en vez de "hemos", aunque sólo sea por hacer la gracia, y entonces vienen los amigos del rey a decirte que no es correcto decir "habemus" y que debéis decir "hemos", ya se puede poner la guardia pretoriana como quiera que, el criterio en virtud del cual no es correcto "habemus", o lo que es lo mismo, el criterio en razón del cual no debéis decir "habemus" sino "hemos", no es gramatical, ni está así establecido en la lengua castellana misma (ni tampoco en lo que diferencia la lengua castellana de otras), sino en la definición que la guardia pretoriana nos da de lo que la lengua castellana es y debe ser, o sea, que el criterio no es "científico", sino en todo caso relativo a intereses que son enteramente de otro orden, se los justifique después como se los justifique. Pero esto ningún gramático de la academia esa lo niega. Lo que pasa es que quieren a un mismo tiempo ser útiles y fieles al rey, y al mismo tiempo ser buenos gramáticos, o sea, describir fielmente la gramática de la lengua (que está en constante transformación), y ambas cosas se encuentran en contradicción. No se puede servir a dos amos cuyos intereses no son los mismos.

Y oye, no te vayas a pensar que la gramática misma no tiene criterios gramaticales. ¡Faltaría! Lo que pasa es que a ti te han mentido en el colegio como nos han mentido a todos (y lo que es peor: desde muy pequeñitos, para que después sea más difícil descubrir las motivaciones ajenas al objeto de estudio), y has acabado creyendo que los criterios de corrección que nos da la RAE son los de la lengua misma. Conque, por supuesto que "disientes": pero no en materia de corrección/incorrección gramatical (pues de eso no has dicho nada), sino en materia de "éste nos está diciendo algo que no debe decirse", o sea, en materia moral. Y más concretamente en materia de "nos está diciendo algo que al rey no le interesa que se diga", o sea en materia político-teológica. No es un reproche a la persona, conste. Todo lo contrario: trato de hacerte ver cómo "tus" opiniones responden a intereses que no necesariamente conoces, y que tanto mejor se resguardan cuanto menos o peor conozcas (por el sencillo motivo de que no podremos someterlos a juicio de razón).

Ahora, más allá de eso, fíjate los problemas que tiene la definición DEL INTERÉS Y UTILIDAD que el club de amigos del rey da acerca de su propio club. Son muchos, de muchos órdenes distintos, demasiados, así que dejo anotados nada más que algunos:

*Por lo pronto, eso de "... velar por que los cambios que experimente la lengua española ...", es un eufemismo encubridor bien notable y por lo demás muy poco preciso: lo que quiere decir es: "...velar por que LOS HABLANTES no quiebren, HABLANDO, la lengua a la que le hemos puesto el nombre de una entidad política".

*Ahora: dice "...[para que] no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico". Uy, uy, uy: ¿esencial unidad? Eso no te suena como a... ¿Metafísica escolar medieval quizá? Aquí se está dando algo curioso: es que resulta que "el ámbito hispánico" se define en razón de la definición de 'hispánico', e 'hispánico' quiere ahí valer de dos formas distintas: como relativo a "lo español" en el sentido nacional o patriótico o político o geopolítico, y como relativo "al español" en el sentido de la lengua española o castellana. Pues bien: sucede que, como muy bien saben esos gramáticos, el español, la lengua española, NO TIENE ninguna UNIDAD ESENCIAL ni ESENCIAL UNIDAD. Ah coño, ¡es que ese era el problema! Ningún caso idiomático de lenguaje es una unidad, ni tiene "esencia" ninguna, por el sencillo motivo de que está en CONSTANTE TRANSFORMACIÓN por el habla o uso y, por lo demás, ni su léxico compone un conjunto finito (ni consistente), ni su sintaxis tampoco. Lo único finito y consistente que tiene una lengua es su fonología, a pesar de que se encuentra transformándose igualmente. Así que traduzco: lo que se está diciendo ahí es simplemente que la transformación de las lenguas es un riesgo para la unidad del Estado (y sus satélites), y que la misión de la guardia pretoriana de la lengua es asegurarse (o intentarlo al menos) haya algo así como una lengua idiomática lo más unitaria posible, a la que podamos llamar Español sin mentir mucho, pues sabemos que no tiene unidad esencial ninguna, y que ello es un peligro para la patria tal y como ACTUALMENTE se encuentra configurada. Ya ves que todo esto que sacas, tiene tanto que ver con la "corrección/incorrección gramatical" .

Para terminar (pues ya digo que el asunto ha dado para escribir muchos libros): es importante diferenciar entre la gramática de una lengua y la Gramática o disciplina dedicada al estudio de la gramática de una lengua (así como no es lo mismo la química del agua que la Química). Y es así mismo importante diferenciar entre una Gramática normativa y una Gramática descriptiva. En las del primer tipo, los criterios de corrección/incorrección no son gramaticales sino políticos, y en la segunda son gramaticales en tanto en cuanto sean capaces de describir metalingüísticamente las reglas en virtud de las cuales una frase es o no es gramatical, o sea, tiene o no tiene sentido, lo cual es inevitablemente siempre relativo a ALGUNA comunidad de hablantes. Pues bien, dicho eso, decir que la lengua española tiene una Gramática desde 1492, es muy pero que muy impreciso y engañoso. El "español" que se hablaba en 1492 se parece al español que estamos hablando tú y yo tanto como el portugués o el italiano oficiales actuales se parecen al español oficial actual. Entonces, ¿decimos que el portugués actual es español? No: es que el criterio en razón del cual llamamos "español" a lo que se hablaba en ciertas zonas en 1492, y así mismo "español" a lo que estamos hablando tú y yo, SIGUE SIN SER UN CRITERIO GRAMATICAL. Es una cuestión de orden enteramente político, geopolítico, y/o teológico-político. Podemos entrar a hablar de eso, pues tiene también mucha miga, pero es otro tema. Si quiere puedes verlo así: desde criterios puramente gramaticales o lingüísticos, decir que en 1492 se hablaba español vale tanto como decir que tú y yo estamos hablando ahora mismo latín mal; o sea, latín pero mal hablao.

Y bueno, eso de "cántabros", "andaluces", y no sé qué más... Creo que no hace falta decir ya que ese asunto sigue sin decir nada de lo que yo denunciaba en mi anterior comentario, ni tampoco nada de cuestiones propiamente gramaticales. Ahora: quizá has dado aquí algunas cosas por sentadas, pero sin habértelas preguntado antes. Por ejemplo, que es bueno que las gentes esas de los cántabros y las gentes esas de los andaluces hablen un mismo idioma. No digo ni que sí, ni que no. Sólo digo que eso habrá que preguntárselo, pues resulta que es un asunto mucho más profundo y complejo (y por el que ha corrido muchísima sangre), y en él hay muchos más intereses mezclados de los que a primera vista podría uno imaginarse (mayores incluso que esa entidad así llamada España o Estado español o Reino de España). Eso sí, dejo un último apunte, para lo

#14
Yo quería decir una cosa sobre todo este asunto. No es en respuesta a nada que hayas dicho tú. Simplemente no he encontrado mejor lugar en el que calzarlo. Eso sí: pertinente es.

Lo primero que deberían hacer los colegios en materia de lengua es aprender a no decir mentiras. Lo segundo, empezar a decirles a los chavales (por no decir esclavos) lo que todo lingüista y gramático sabe aunque los de la academia esa lo digan siempre con la boca pequeña, y sólo cuando se han ido los niños (por no decir esclavos) a la cama y hablan o escriben para otros gramáticos: a saber, que la RAE no tiene absolutamente ninguna autoridad sobre la lengua. Punto. Pero ninguna ninguna. Ni sobre cómo se habla, ni sobre cómo se escribe. La autoridad es la lengua misma, o sea el habla, y a estudiar por análisis reflexivo eso mismo se dedica la Gramatica. A partir de ahí todo lo demás, pero muy especialmente esto: que los criterios de "corrección/incorrección" con los que se adoctrina a la chavalada no son criterios gramaticales. "De qué tipo son" hay escritos muchos libros, y quien tenga interés bien fácil tiene averiguarlo. Pero gramaticales, no.

Y eso por no decir que yo no he visto todavía un solo "libro de texto escolar" (como los llaman) de Lengua que no esté plagado, pero plagado, de equívocos y usos de términos gramaticales incorrectos. Un refrito de cosas malamente hilvanadas. Tan mal, de hecho, que se nota perfectamente lo poco y lo mal que sus autores han estudiado (normalmente, de otro manualillo). Ay, es que resulta que aprender bien algo lleva más tiempo del q sería rentable para cualquiera, y entonces preferimos aprender mal. Pero claro, ¿a quién le importa? ¿A quién le importa que un profesor de instituto haya podido pasar por la universidad sin haber estudiado Gramática? A aprenderse manualillos mal hechos de memoria es a lo que nos enseñan, pues el verdadero proposito no era otro que el de aprender a obedecer, y aprender a enseñar a otros a obedecer, independientemente del contenido. Pero ¿la gramática? ¿El estudio de la lengua? Está bien claro que en los colegios eso no le importa a nadie un pimiento. Vamos, la Gramática de la Academia esa no será especialmente buena, pero si se trata de guardar las apariencias, al menos en los colegios se la podrían estudiar. Y eso quiere decir, coger el manual de gramatica de la RAE y... "A ver: página uno. Comencemos". Y así hasta la última, debatiendo dudas por el camino. ¿Que para eso no hay tiempo? Pues yo qué sé. Pero hay que elegir. Lo que no vale es inventarse cualquier chorrada, aprendernosla todos más o menos igual en tres días, y despues ir por ahí creyéndose que se ha estudiao, y hasta hacernos test de vez en cuando los unos a los otros, con chascarrillos a la "permisividad de la sagrada Academia" incluidos.

En fin: que estos jueguitos tipo test estarían bien si no fuera porque son pura catequesis de la de toda la vida de dios, o sea, la de los curillas haciendo gramáticas normativas, sólo que ahora "en plan enrollao". Nos tiran alpiste y nosotros aplaudimos.

#90

Te agradezco las molestias que te has tomado en refutar mi argumento ("argumento" un poco a vuelapluma, pero argumento después de todo). Y te lo agradezco (más allá de que siempre es de agradecer la refutación que va al caso y no a la persona) entre otras cosas porque lo que estás haciendo viene a ser el despliegue o desarrollo de lo que sin duda sólo podría dar lugar a una comunidad política que lo fuera de verdad. Vamos, que has venido a hablar, a razonar, y eso es lo que está siempre por encima, y que no está de más recordarlo de vez en cuanto. Y esto también te lo digo porque, obviamente, tengo razones que discrepan; pero se trata de dejar claro que, por encima de cualesquiera conclusiones o productos de razón, por encima está la razón o el razonamiento mismo; mientras eso no reine, no hay comunidad política posible, pues en torno a ninguna idea podrá jamás haber comunidad en paz.

Por desgracia tampoco dispongo de mucho tiempo, pero, sí que aprovecho el lance y te devuelvo unas notas a la contra:

Lo primero que diría de todo lo que dices es que estás aprovechándote en tu argumentación del "criterio histórico" de forma inconsistente en favor de tu argumento (dicho de otra forma: me denuncias anacronismo, pero sólo en un sentido). Me explico: si la distinción entre 'reino' y 'estado' (que por cierto: esa distinción la hacen los historiadores, pues su criterio es histórico, pero no así los teóricos del Estado) si la distinción entre 'reino' y 'estado', que es una distinción que estableces en razón de definiciones que son ACTUALES, sirviera como argumento para negar que por ejemplo en el s. X hubiera estados, entonces tampoco se podría decir que hubiera reinos, precisamente porque la definición de 'reino' que estás haciendo valer es actual, y por la misma razón, incluso, se podría decir que reinos sólo los hay ahora, dado que 'reino' es una palabra de un vocabulario que NO TIENE EQUIVALENCIA más que en virtud de una TRADUCCIÓN con nada que hubiera en el s. X. Ni podrías decir que hubo regímenes ni nada. Que esto me lleva a la segunda cuestión:

efectivamente, tú mismo lo dices bien, estás dando definiciones FORMALES (que es por cierto lo que yo denunciaba en mis comentarios); pero es que decir "formales" no es simplemente decir algo así como "verdaderos" ni mucho menos. Hay que tener claro lo que se dice cuando se habla de "definición formal". Por lo pronto una definición formal no es sino una definición "ideal" (atenida obviamente a criterios de consistencia, pero eso sólo en cuanto a su formalidad lógica), entre otras cosas porque "forma" e "idea" en materia de definiciones quieren decir lo mismo. Y esto quiere decir, entre otras cosas, que son definiciones que se postulan ad hoc, como reglas o normas o paradigmas a seguir, en este caso, en la acción política. Pues bien: otra cosa muy distinta es una definición MATERIAL. Y esto quiere decir que, una cosa es intentar definir cómo DEBEN SER las cosas (pero de poco valen por cierto estas definiciones cuando han salido de "dentro" de la actividad institucional misma que se trataba de normativizar), y otra cosa muy distinta es intentar DESCRIBIR cómo son las cosas (o sea DEFINIR MATERIALMENTE), de acuerdo a las nociones que se manejan en el estado actual del vocabulario. Luego, quien se dedica a hacer teoría del estado, no tiene ningún interés en ninguna definición formal por el sencillo motivo de que todas ellas no son sino cosas que se dicen desde dentro del objeto que el teórico quiere describir desde fuera. Así es que un teórico del Estado no tiene ningún inconveniente en identificar como 'estado' cualquier cosa que responda a los mismos criterios de lo que define MATERIALMENTE un estado actual, y en la medida en que responda a ellos. Y así es que no te vas a poder encontrar en ninguna teoría del Estado una distinción como la que tú estás intentando hacer valer, porque, ni es pertinente, ni tiene ningún elemento DESCRIPTIVO.

Y en cuanto a lo de "de Derecho", sucede exactamente igual. Ya te digo que, si esas cosas las has aprendido en una universidad (que lo supongo simplemente porque las universidades dejaron ya hace muchos años de dedicarse a la actividad teórica en favor precisamente del culto al formalismo doctrinal); digo que si las has aprendido en una universidad, desde ya te digo que te han robado descaradamente la oportunidad de darte a conocer (y entrenarte en) la actividad teórico-descriptiva propiamente dicha, cuyos criterios formales son otros muy distintos, como es natural, pues su objetivo no es el de LEGITIMAR o sostener la legitimidad del régimen de turno, sino intentar averiguar qué es lo que le define, qué le caracteriza, qué tiene en común con otros casos parecidos pasados, y qué tiene de diferente. "Derecho", pues, no hay ni un sólo teórico que lo describa ni lo admita tal y como tú lo estás entendiendo, entre otras cosas porque tus definiciones salen del mismo Derecho que estás intentando definir, luego no contienen ni elemento ni criterio descriptivo alguno. Pero vamos: de qué piensas que están hablando Spinoza, o Hobbes, o Maquiavelo, y a cuento de qué crees que teóricos modernos del Estado y el Derecho los citan y los discuten y los comentan, como Weber, Marcuse, Adorno, García Nieto, García-Trevijano, etc. etc.?

Y bueno, es que ya eso del "orden constitucional"... Si quieres que diferenciemos el orden constitucional de España, por ejemplo (que por cierto, podríamos entrar también a hablar de los criterios lingüísticos en razón de los cuales cabe o no cabe decir que el español es latín mal hablado, y en razón de qué criterios España es una entidad dependiente o no de lo que se entienda por lengua española, que es un asunto muy discutido y debatido, y desde luego no va a haber modo de razonar nada si partimos de definiciones formales dadas por y para la legitimación del objeto definido). Siquieres que diferenciemos el orden constitucional de España, de, por ejemplo, el del ISIS (el Estado Islámico ese), por supuesto no tengo ningún inconveniente, y de hecho lo creo necesario. Ahora bien, insisto: la definición habrá de ser material, y sus criterios deben de ser explícitos, podamos así estar seguros de que el interés de esos criterios no es otro que la precisión descriptiva, y no así meramente el de justificar lo que de antemano ya creíamos, o nos decíamos. Así que, por lo pronto, habría que aclarar, por ejemplo, cuales son los criterios de legitimidad de un orden constitucional más allá de lo que sus "ordenados" o incluso interesados dicen. O sea, cómo se ha fundado eso, y en razón de qué se sostiene, por qué mecanismos, etc. Y luego ya podemos pasar a la discusión de la legitimidad "natural", por decirlo así, o sea, en qué medida son justos o no, deseables o no, etc., los criterios que hemos descrito como materiales. En el caso de España, por ejemplo, lo que se entiende por "orden constitucional", desde el punto de vista material o científico, no nos interesaría más que en tanto que emblema del relato que el poder instituido o Estado construye para sí mismo. No nos dice nada. Vamos, que estás hablando como un hombre de Estado, no como un teórico, ni investigador, ni científico, y mi afirmación era enteramente de ese orden. No ha habido nunca ningún Estado que no se autoproclamase el derecho de gobierno y el derecho de hacer Derecho, definirlo, desarrollarlo, conforme a sus criterios de derecho. Ya hace muchos años, siglos, de hecho, que la definición material reconocida para 'derecho' no es otra que 'poder', y "poder" entre otras cosas para decidir o definir quién tiene derecho a qué, quién no, y conforme a qué. Obviamente, ese otro "derecho" que es el que el Poder instituye, ya no es el mismo "derecho" que el Estado tiene en tanto que "de Derecho": no lo es, por el sencillo motivo (y dicho rápidamente) de que el Derecho que el Estado produce es lo que de toda la vida de dios se ha llamado "papel mojado". Y esto ya hace muchos años que Spinoza lo soltó y desde entonces no hay teórico que no reconozca que, materialmente hablando, tú tienes tanto "derecho" de algo como poder efectivo tengas de obtenerlo o sobre ello. Así que, si el estado de España, por ejemplo, tiene unos mecanismos administrativos capaces de hacer que tú puedas tener lo que él te reconoce como de tu derecho, pues en esa medida tú tienes poder (sólo que subordinado, obviamente), o no lo tienes (vamos, que puedes tener formalmente todo el derecho del mundo, y materialmente cero patatero). Así pues, si quisiéramos hablar de hasta qué punto orden constitucional es materialmente lo que formalmente dice ser, lo que hay que comprobar es hasta qué punto, y con qué grado de eficacia y prontitud puede cualquiera hacer valer lo que en ese ordenamiento se dice. Lamentablemente, esto ha venido siendo de toda la vida de dios un cuento. Muy pocos estados se han acercado ni un poquito a lo que decían ser.

#40 Lo prefieres simplemente porque estas en el lado de los que disfrutamos de la explotación de los que están al otro lado. Pero, si eso cambia, tú y yo podríamos tener aquí un "Estado de Derecho democrático parlamentario" como dices, y aun así ser tú y yo unos miserables sin nada para comer, ni sanidad, ni nada, y ten por seguro que de eso no te van a librar las cosas que nos cuentan los manualillos para aprobar exámenes universitarios.

Todas y cada una de las palabras que componen el sitagma "Estado de Derecho democratico parlamentario" no implican absolutamente nada. Pero nada, nada.

Ah, y por cierto: lo de franco ahora decimos que era una "dictadura", pero en su día era una democracia. Así la llamaban, y así te lo habrías aprendido tú en la universidad. Y democracias hay por todas partes. Por todas. Que también he dicho ya en otro comentario anterior que Estados "de Derecho" lo han sido y lo son todos. No te jode. Cómo no van a serlo si esa es una clasificación qie se dan los estados a sí mismos!!! Pero es que mira, la teoría empezaba a partir de ahí. Que es que parece que confundimos el conocimiento de una doctrina con la actividad teórica, y, claro, luego resulta que nos creemos que sabemos mucho, pero eso sólo es porque no se ha estudiado de verdad, sino eso otro que nos han dicho que era estudiar, y que consistía en aprender a fecir lo que nos han dicho que hay q decir.

Otra cosa ya es si nos vamos a la teoría del Estado (que tampoco es que sea una literatura excepcional, pero bueno) y definamos las cosas a partir de criterios materiales y no formales. En ese caso, todo lo que tú llamabas así, es lo que se reconoce simplemente como "oligarquía". Es distinto. Parlamentaria, dice

#38 Ese teorema es geometrico?
Porque si no, ese "siempre"...

Y un detalle (bueno dos): todos los Estados son y han sido "de Derecho" (es que nos lo creemos todo). Es que no hay otro! (no sé que podrias estar pensando fuera de él, pero si piensas en la Iglesia o algo así, no sólo es que tmb la iglesia tiene y ha tenido su Derecho, el canonico además, sino que el poder religioso y el civil han sido siempre y siguen siendo marido y mujer)

Y segundo: las mayores barbaridades de la historia se han cometido en nombre del estado y justificado en relativo a él. Qué pasa, que eso no cuenta? Eso lo sacamos de la cuenta?

Tercero: el estado y el capital nunca jamás de los jamases han estado separados.

A ver si de una vez empezamos a dejar de contarnos los unos a los otros las mismas mentiras que nos llevamos contando desde la invención del latin imperial como poco. Que es que al final nos las vamos creyendo.

#13 Oye, pero yo le veo a un problema a esto que dices. Por lo menos desde la Atenas de Pericles, hasta nuestros días, no se ha demostrado ni una vez que la ley se cumpla. Es que ese es un detalle importante. El poder político siempre ha estado por encima de la ley, y lo sigue estando, por más que no nos guste verlo y no lo querramos ver. No hay corruptos en la cárcel en ninguna parte ni los ha habido. Con dos excepciones (pero más desoladoras aún): traidores, y aquellos que pasan por una carcel un tiempo de risa si no queda otro remedio para calmar la furia popular. Pero estos son muy pocos y salen rapidísimo. La ley, sencillamente, lleva demostrando siglos que no tiene para ofrecernos lo que de ella esperamos. El poder es el poder. No hay separaciones en ningún lugar. Si tienes bastante poder político o dinero, pues no estras en la carcel, entre otras cosas porque hay mil y un modos de evitarla. Es más, incluso cumpliendo escrupulosamente la ley, hay formas de incumplirla. Todo es cuestión de "escala". Para ti y para mi sólo hay una ley: la del embudo. A nosotros nos aplican la grosera y de esa dificil es librarte, mas encima si no tienes ni poder ni un puto duro. Los otros tienen millones en paraisos, poder de chantaje, de cambiar leyes, influencias, equipos de abogados, doctrinas magicas... De todo. Ejemplos hay tantos... Vamos, es que con los libros de historia en la mano no hay modo de sostener esa fe de la que nos dan de comer en forma de alpiste todos los dias.

Ahí tienes, por ejemplo, a Alejandro García Nieto, catedrático en derecho administrativo y uno de los mayores expertos, si no el más, en materia de burocracias (su obra en materia de la burocracia es de referencia para cualquier teorico) que lo dice muy claro: no hay corruptos en la cárcel, ni aquí, ni en ningún lado, ni los ha habido nunca.

La ley no sirve para eso. Para eso hay que ponerse a hablar y buscar otra solución. Pero por favor, más leyes no. Que esas despues nos caen a ti y a mi.

#11 yo no soy fascista, pero pienso que lo que dice el chaval sobre ese periódico es bien cierto

Mira que es barato el desengaño cuando lo es de mentiras pasadas de moda. Barato no, gratis. Lo que pasa es que esta clase de cosas son inofensivas y por lo tanto colaboradoras del encubrimiento de las nuevas formas de Fe. Vamos, sólo falta añadir a la lista el hombre del saco.

#35 [joder menuda faena. Al parecer Dios se ha enfadado y ha borrado el final del mensaje. Voy a reconstruirlo tan brevemente como pueda]
[Esto sigue de lo anterior]

... que sea propiamente un objeto físico o susceptible de incluirse en ninguna teoría física. Y esto es tan fácil de reconocerlo como esto otro: cualquier tiempo del que tú y yo hablemos aquí y ahora, o del que podamos hablar aquí y ahora, no es el tiempo que pasa mientras de ello hablemos.

De modo que, esas imaginerías que se nos cuentan tanto por televisión (y que algunos físicos han llegado incluso a creerse; ¿adivinas cuales? Pista: los que salen por televisón; que son también los que venden millones de libros divulgativos para dolor de oídos y desgracia de los que hemos hecho un pacto con la verdad) esas imaginerías --decía-- como por ejemplo la de esos dos gemelos que viajan a velocidades relativas tan dispares que el tiempo llega a pasar diferente para cada cual, o sea esas imaginerías montadas sobre el tiempo que es relativo a la velocidad que de suyo es relativa a un límite (límite que equivale, como comprenderás, a la quietud absoluta, que antes de Einstein se identificaba con el así llamado Éter) pues resulta que son válidas para algunos propósitos prácticos pero no son verdad. Es decir que, si eso es en algún caso comprobable o sometible a experimento alguno, eso es porque partimos de asumir que LA DIFERENCIA DE MAGNITUD DEL TIEMPO QUE PASA PARA UNO Y OTRO, SUCEDE AL MISMO TIEMPO. O sea, que AHORA que ponemos los dos cronómetros a correr (y hay que tener en cuenta que el cuerpo de cada uno de los dos gemelos es de suyo un cronómetro, o sea, algo que da síntoma del paso del tiempo) y AHORA que le damos al stop a ambos cronómentros, así como cualesquiera momentos en que entre medias digamos 'ahora' y tomemos una medición, es algo que se da SIMULTANEAMENTE para ambos medidores o cronómetros. No sólo es que no hay modo de que sea de otro modo, sino que, de hecho, si el registro que tomamos a partir de cada uno de los medidores no está tomado a la vez, sencillamente el experimento no nos vale para demostrar nada. Figúrate cómo sería si el tiempo que pasa para el primer gemelo lo empezamos a medir ahora, y el que pasa para el otro lo empezamos a medir ahora, o dos días después. Es que no se trataba de eso. El tiempo EN QUE SE EXPERIMENTA, que es el tiempo EN QUE SE HABLA de aquello sobre lo que se habla, es continua y simultáneamente siempre aquí y ahora. Ese está de antemano, por así decir.

En suma: el único tiempo que hay de verdad (lo mismo las únicas cosas que hay aquí y ahora de verdad) es (son): lo que no se sabe, ni se puede tampoco saber qué es (no, sin contradicción).

No sé si estoy cometiendo una temeridad diciendo estas cosas, pues lo mismo Dios se enfada y manda a sus mandados tirarme a la hoguera, o algo peor. Por lo pronto, ya ha debido dejar en algún lugar escrito que en esta casa no está permitido hablar tanto, sin duda en prevención de que a base de hablar tiremos demasiado del hilo y se nos deshaga la madeja. Sea de todo ello lo que fuere, quede ahí esto para lo que valga y para quien le valga. Caiga quien caiga, y caiga lo que caiga.

#34 Pienso que, en efecto, lo que planteas apunta en la buena dirección. "En la buena dirección" y sólo eso porque, ya digo, aquí y ahora, Fin ni Final verdadero no hay ninguno (no, insisto, aquí y ahora, y que lo sea de verdad). Y aun con esas, "en la buena dirección" porque pienso que el camino que señalas, si te estoy entendiendo bien, no es como aquéllos otros que, como se suele decir, acaban todos llegando a Roma, o sea al Vaticano, o sea, a engañarse una vez más pero de otro modo, o sea a cambiarle el pantalón el Señor desnudo, etc. Con todo se me ocurre que podríamos quizá precisar o afilar todavía un poco más el puñal, de tal modo que se vuelva más difícil de usar para lo que no debería; quiero decir: por ejemplo, por el lado de eso de que el tiempo no exista "como magnitud física". De primeras ahí me suena algo que es un poco redundante; porque lo propio de lo que existe, es decir de lo real, es tener magnitud física; o sea admitir ser, en mayor o menor grado, en mayor o menor medida, una cosa física, una cosa con la propiedad 'físico', la propiedad 'real', 'material', etc. Es que se nos suele a todos olvidar constantemente (y ya digo que para esto no había nada mejor que estudiar Teología, pues es ahí donde se inventaron casi todos los trucos) se nos olvida constantemente que la Realidad es una cuestión de grado, o sea de más/menos, de más o menos, y no así de sí/no. O sea, se nos olvida normalmente algo que cualquiera sabe (sin necesidad de saber que lo sabe) cuando habla, que es que no a todas las cosas les reconocemos el mismo grado de realidad, sino que tienen una gradación. Pero para entender esto más claro, lo primero es no olvidar, o sea recordar, lo primero y más importante de todo, que es justamente lo primero que siempre se nos olvida, a saber, que aquí lo que estamos haciendo es HABLAR: o sea, que, con anterioridad e independencia del nombre 'rosa' conque se nombra a esta o aquella rosa, algo habrá, habrá algo, pero rosas no. No puede ser. Date cuenta de que decir lo contrario es contradictorio.

Pues bien, cuando recordamos eso, entonces esto otro de que las cosas de las que hablamos están graduadas en función a una magnitud física se nos revela de una forma muy clara: fíjate: todos hemos oído hablar sobre cosas del tipo a "que si el amor existe o no existe", " que si a democracia existe o no existe", "la verdad existe o no existe", etc. (y es entre estas cuestiones, como voy a razonar en lo que sigue, donde a veces aparece entre los físicos la cuestión de si el tiempo existe o no existe, o sea, de si es o no real, que no es la primera vez de hecho que se plantea entre los físicos quitar de la Física, por innecesaria, la magnitud 't', y que es un asunto sobre el que ya te adelanto que el propio Einstein tenía cosas muy sensatas que decir, a pesar de que ante esas todo el mundo se empeña en hacer oídos sordos, pues no le encajan de ningún modo en su fe). A la hora de averiguar, o al menos de empezar a averiguar, cuál es la magnitud física de las cosas, o sea, cual es el grado de realidad o de existencia de las cosas, no hay más que preguntárselo a la lengua o caso de lenguaje que estamos hablando, para descubrir de inmediato que manejamos, sin darnos cuenta, varios criterios. Y para descubrir que, esos criterios, son precisamente los criterios que usamos, o sea los criterios que estamos usando o que están aquí y ahora en funcionamiento, precisamente --digo--, porque no nos damos cuenta de que los estamos usando. Lo que estoy diciendo es que descubrimos que en la propia lengua hay criterios establecidos que no somos capaces de contravenir sin que de inmediato dejemos de entender qué estamos diciendo. Por ejemplo: cualquiera sabe SIN DARSE CUENTA DE QUE LO SABE que el criterio sine qua non, o sea el que tiene que cumplir necesariamente cualquier cosa para que no haya ninguna duda de que ella es real (criterio necesario pero no SUFICIENTE, conste) es: que tenga Nombre (o sea semantema) Y que admita Cuantificador Definido, o sea que se pueda contar mediante Ordinal y/o mediante Cardinal. Así que, por ejemplo el amor, o la democracia o la verdad, etc., son cosas de más dudosa realidad que otras como por ejemplo las rosas (o incluso que los unicornios que aparecen en los cuentos) simplemente porque, o bien no se prestan, o bien se prestan de un modo un tanto forzado a ser cosas cuantificables. (Si el ejemplo de los unicornios que salen en los cuentos despista, téngase en cuenta lo siguiente: de los otros unicornios, o sea de esos cuya realidad no está sólo en los cuentos, si no hay duda de que no son reales, eso no es porque tú o yo no los hayamos visto, pues no hemos visto muchas otras cosas excepto por los cuentos, las Teorías o la televisión, y las asumimos reales: no; no hay duda de que no son reales sencillamente porque asumimos que de esos no hay NINGUNO, o sea, ZERO verdadero, o sea, SIN NÚMERO posible; y a la inversa: que es posible que haya cuentos en los que aparecen unicornios es algo que se admite simplemente porque está de algún modo ya sabido que hay cuentos en los que aparecen unicornios susceptibles de ser contados con Número). Es extraño lo que digo (que no soy ni mucho menos el primero que está planteando esto, Dios me libre), pero si tiramos un poco más del hilo enseguida se da cuenta uno que aquí no estamos diciendo nada que nadie no supiera ya. ¿Sabes cómo reconoce muy rápido uno esto? (Vamos, fulminantemente de hecho) Pues simple y llanamente mirando el caso en que el Número mismo, o sea el Cuantificador Definido, ha adquirido su propia realidad. O sea, el Dinero (verdadera realidad de realidades). Tú como yo sabemos PERFECTAMENTE que, cualquier cosa que se compre o se venda, cualquier cosa que sea susceptible de comprarse o de venderse, y tanto más cuanto más rentable sea, es cosa que, de inmediato nos resulta imposible negar su realidad. O sea, que ya puedo montar yo aquí un negocio cuya mercancía es la más descarada de las mentiras, que, si resulta que se vende, ya no hay modo de que nadie me venga y me diga que no es real. Acaso te digas: "ya, pero esa es una realidad de otro tipo". Bien, pero ¿seguro? (No estoy planteando nada que no se nos plantee en la Cuántica misma, conste). Será una mentira, pero bien real, bien contante y sonante, en suma, bien real a TODOS LOS EFECTOS PRÁCTICOS (o, como decimos entre físicos más habitualmente, en la lengua del Señor: for (all) practical purposes). No voy a seguir tirando de este hilo, que da para mucho, y es algo absolutamente fascinante y revelador de la constitución de la Realidad, y de cómo lo físico, lo económico, lo político y lo lingüístico constituyen un armazón INSEPARABLE, porque me gustaría sacarle ya algún provecho para la cuestión del tiempo, en el sentido que planteabas, pues con lo dicho creo que tenemos material "de rozamiento" suficiente como para pulir tu formulación hasta un punto lo bastante indigesto a cualesquiera formas de fe. Voy a ello, pues, no sin antes recordar, que yo, como otros muchos, hemos hecho un pacto, y no sabría explicar cómo ni por qué se ha dado ese pacto, pero que, una vez se ha dado, resulta absolutamente inviolable: ese pacto dice así: hacia la verdad, CAIGA QUIEN CAIGA, y CAIGA LO QUE CAIGA. Ese es el único camino, como decía, que, ni tiene Fin ni final, ni por eso mismo tampoco acaba, como todos los demás, llegando a Roma, pero tampoco PROMETIENDO ninguna Salvación futura, ni AMENAZANDO con ninguna Perdición futura, pues ese Futuro siempre futuro tú y yo ya sabemos cuál es siempre y donde está: en Roma.

El tiempo, es evidente que tenemos dos. Que hay dos tiempos. Vamos, no es evidente de primeras, pero lo es, y además en sentido apodíctico, o sea imposible de negar sin incurrir en contradicción, tan pronto como uno se tira en ese río o camino en el que no se está dispuesto a respetar ningún muro ni dique de contención mientras no se demuestre verdadero y sólo verdadero. (Ese es, obviamente, el único camino merecedor de llamarse Ciencia, si es que aún le queda algún buen sentido a esa palabra, después de tanto manoseo e intoxicación que ha padecido y sigue padeciendo en nuestra realidad más inmediata, o sea el Mercado). Uno de esos tiempos, es el real. O sea, el contante y sonante. El que tiene nombre y admite cuantificador, y por lo tanto es con el que se montan los calendarios y los relojes. Ese mismo tiempo es el que te está mandando cuándo ir a trabajar, cuándo levantarte (y que quizá más o menos a estas horas te estará ya anticipando el momento de salir de tu trabajo). Ese tiempo, el real, el de los calendarios y los relojes, o sea el de la Historia, es también el tiempo "sonante", como bien sabes, o sea, el tiempo que es susceptible de convertirse en Dinero, y acumularse. ¡Es que lo uno va con lo otro! (Pero no es reversible: Dinero implica creer en el tiempo real, pero creer en el tiempo real no implica necesariamente creer en el valor del Dinero; es más complicado, ya digo). Y ese tiempo, resulta que es falso, sencillamente porque en verdad es un Espacio. O sea, que lo que se ha hecho es montar un eje de coordenadas con dos variables (dos trazos en cruz), uno de ellos el espacio-espacio y otro de ellos el espacio-tiempo (y por cierto que esto es un "montaje", un producto TECNOLÓGICO con todas las letras como muy bien sugieres, tal y como por lo demás, se comprueba al descubrir que no todas las tribus lo tienen, o sea que se han descubierto lenguas no han sido contagiadas con nuestra meta-lengua, en las que no hay nada semejante a ese tiempo, y lo que es más alucinante, nada semejante a nuestra idea de Futuro, que es desde donde ese espacio-tiempo está montado). Ahora bien, el punto está en el punto de cruce de ese eje de coordenadas. O sea, aquí y ahora. Que es que AQUÍ Y AHORA no remiten a ningún espacio ni tiempo real, o sea computable mediante cuantificador definido, como muy bien supo ver Einstein (y ninguna televisión cuenta ni contará jamás) o sea a nada que sea propia

#32 lol Muy buen golpe. Y sí, soy consciente del tochaco. Pero es que las ideas se van haciendo y engordando y llega un punto en que para poder decir algo en contra de ellas sin hacer demasiado el ridículo... En fin, que resulta muy difícil. Pero oye, si el que te pide que te acuestes de nuevo es tu cerebro, yo que tu desconfiaría de inmediato. Sobre todo si esa voz suena a algo parecido a esto: "yo soy el que soy"