Ya he visto con qué apresuramiento me han otorgado varios votos negativos, en sólo unos minutos, casi no han tenido tiempo de leer el texto, pero como me meto con el PSOE, en esto y poco más, pues a degüello conmigo. En este país es difícil criticar el poder establecido y por más que hable desde el socialismo "cognitivo", intentando abrir un debate en el seno de los socialistas y de la sociedad, lo único que se encuentra uno es el rechazo visceral de aquellos que piensan que ser socialista es "tragar con lo que te digan de arriba" sin pararse a pensar. Bueno, cada cual puede pensar lo que quiera e incluso acusarme de hacer "spam": compañero "acusador", cada cual lucha con las armas que tiene a su mano y "Menéame" es un lugar libre donde cada cual publica lo que quiere y es la gente la que otorga su beneplácito. Por ahora tengo el doble de votos positivos que negativos, a ver como va la cosa en las próximas horas.
Saludos respetuosos a todos los lectores, y especialmente a los que me otorgan su voto negativo. Ante todo, "talante".
Nadie propone que los libros sean intocables, sino que se usen todo lo posible dentro del respeto a un objeto tan preciado. Es evidente que, como todo objeto tangible, tiene sus límites físicos, que no son los que interesan a los editores: a los editores les gustaría que se auto-destruyeran al fin de su primera lectura y cobrarnos una y otra vez por cada uso. Ese es su ideal y se enfrenta a los intereses de la sociedad en general que siempre usó lo libros durante años, siglos incluso, y pasando de unas manos a otras.
Por otra parte, los autores, como apunta el compañero del mensaje 4, cobran solo un 10% de lo que vale el libro. El 90% se lo queda el editor. El editor es un fulano que mancha papel en sus máquinas o pagando a una imprenta. El coste de impresión es ridículo, no llega al 8%.
¿Quién es el demagogo? ¿Quién el farsante? Usáis la mentira de querer proteger el trabajo de los intelectuales, pero la pasta gansa os la lleváis vosotros.