Navantia y el Gobierno de Australia ya han firmado en Camberra el convenio para la construcción de las 12 lanchas de desembarco que saldrán de los astilleros de la Bahía de Cádiz. No es el único acuerdo suscrito entre Navantia y la Armada australiana. Un día antes del convenio para las 12 lanchas, ambas partes suscribieron otro, en este caso en la ciudad de Adelaide. Se trata de la construcción de los cinco bloques para el segundo Destructor Air Warfare Destroyer (AWD) de la Marina de Australia.
No ha sido fácil, más bien lo contrario, pero al final las grandes estrellas de mis ejércitos encapsulantes, las ciclodextrinas, se han cobrado una nueva víctima, la más deseada. La Biología, la Química, la Física y hasta la Termodinámica han hecho falta para acabar con Bárbol y todos los Ents pero al final las tropas del Gran Ojo sin Párpado han logrado eliminarlos a todos… y la reconquista de La Comarca está más cerca. En el próximo capítulo: “Frodo Bolson, Sam Gamyi… y la oxitocina”
No sólo las corrientes telúricas influyen en que los idiotas vacíen sus bolsillos en beneficio de los charlatanes; también están los cristales, los minerales de toda la vida, que en la imaginería New Age surgen de la tierra portando la energía ctónica (o telúrica) de la madre Gaia. La “moderna” moda del Feng Shui es un buen ejemplo. Resulta impresionante un paseo por la teoría de esta paparruchada oriental.
Suena contraintuitivo, pero puede que no lo sea tanto: un estudio demuestra que un plan de mantenimiento preventivo demasiado habitual convierte los datacenters no en más fiables como cabría esperar, sino en menos. Parece ser que una cantidad no despreciable de los problemas de caídas en datacenters tienen que ver con errores humanos surgidos durante las operaciones de mantenimiento. | En español en http://www.enriquedans.com/2011/11/datacenters-demasiado-mantenimiento-es-malo.html
Mike Tyson desataba la “Operación Conmoción y Pavor” cada vez que subía al ring. Apenas llegaba al metro ochenta (1.78), pero era una furia incontrolable, un robot del KO, programado para aniquilar a sus rivales sin remisión. Su cuello tenía las mismas medidas que la cintura de Marylin Monroe, su cuerpo se había tallado en el gimnasio, su esquiva era un prodigio y sus puños eran dos bombas de relojería. Kames ‘Buster’ Douglas estaba condenado a caer, más pronto que tarde.