Ante todo felicidades a los seguidores del Sevilla de un buen Atlético que pasa de guerras. y luego os pego la entrada de mi blog:
Ya dijo Luis Aragonés que las finales son para ganarlas y no para jugarlas y eso ha hecho el Sevilla, ganarla. Con lo que sigo flipando es con lo de siempre, con la afición atlética. En cualquiera otra final es imposible ver el campo lleno cuando los jugadores reciben la copa de campeón porque medio campo ya está camino de su casa, con la hinchada del Atleti no, se han quedado ahí, en el Camp Nou hasta que las venas del último jugador atlético en el campo se han impregnado de rojiblanco. Y no es el espíritu victimista o perdedor lo que nos hace grandes, NO, que pregunten a cualquier jugador del Atleti lo que han sentido cuando una vez el tiempo cumplido, con la copa entregada y derrotados en el resultado, seguían oyendo los cánticos de ánimo de su afición muy por encima de la del Sevilla. Y ahí reside la grandeza del Atleti por mucho que se empeñen cerezos y giles en demostrar lo contrario, en los de siempre y en la gran masa social que siendo simpatizante del Atleti pisa por primera vez el Calderón y ya no puede borrar la escara grabada a base de sentimiento en el alma.
*Por cierto, no sé mucho de protocolo y sé que es falto del mismo el llevar la cabeza cubierta bajo techo, pero, ¿alguien me podría decir si es una falta de protocolo llevar la cabeza cubierta ante el príncipe?
** El cántico:"Volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser campeones, como en el 96", significa algo más que ganar la European League, significa seguir sintiéndolo hasta ganar la liga como mínimo.
Pues vamos con la demagogia: soy J.Bardem, me he comprado un armario con Pe en el Ikea que me ha costado 240 euros, cada vez que abro la puerta para coger algo de ropa le tengo que pagar a Ikea 240 euros ya que ellos son los creadores intelectuales del armario. Muy bien dicho Javier: ¡dejémonos de estupideces!