¿La edición de vídeo quién la ha hecho,el enemigo?
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Recuerdo que en los años 70, 80 y 90 los cines de los pueblos y ciudades pequeñas y medianas se petaban con cualquier cosa que echaran. Había poquitos y algunas películas sólo las tenían una semana puestas, todo al que le gustara mínimamente el cine aprovechaba para ver los "estrenos". Especialmente recuerdo con cariño los "cines de verano" en la plaza de toros de mi ciudad, una vez pusieron "Le Llamaban Trinidad" con esa pareja injustamente vilipendiada, Bud Spencer y Terence Hill, y la plaza hasta la bandera descojonada de la risa con el inolvidable principio, Terence durmiendo la siesta sobre una hamaca mientras la arrastra su caballo por el suelo.
A principios de los 90 llega el DVD, las primeras pantallas planas (pequeñitas) y los primeros "Dolbys" caseros. Philips, Sony y los grandes estudios bendicen el invento a los 4 vientos, aunque algunos críticos ya alertaban que iba a cambiar la forma de ver cine.
Después a finales de la década, irrumpe el P2P y se produce una revolución, primero con canciones sueltas, después discos enteros, finalmente películas, series y cualquier cosa imaginable. ¡Gratis total! Aquello sí supuso un cambio de rumbo definitivo, y marcó un antes y después. Creo que éste sí fue un punto de inflexión claro que le dio una buena estocada a las salas de cine. Antes del P2P, todo el mundo se apuntaba a una buena peli, después sólo se apuntaban si había muchos efectos especiales, sobre todo muchos lasers y muchas explosiones, cuantos más mejor; para qué voy a gastar dinero en la última de Scorsese que igual es un bodrio, mespero a que la suban a la mula le oí escuchar a más de uno que iba de "cinéfilo".
A partir de ahí, crisis y más crisis, y cada vez peor, las salas de barrio y céntricas, a las que se podía ir andando o en bus, van tirando como pueden, pero acaban siendo sustituidas por multisalas mastodónticos en centros comerciales a tomar por culo, en un vano intento de abaratar costes. Los que crecimos con las salas de cine nos resistimos a verlas morir, pero muchos niños por primera vez no sabían lo que eran, o habían ido en alguna ocasión muy especial.
Cada vez más permisividad en las salas, más parloteo, más comida y olores nauseabundos, insonorización de pena, la peña poniendo los pies en las butacas de delante...cada vez la experiencia más insoportable. Cada vez más precuelas, secuelas, recuelas...la imaginación se seca y los estudios ven las franquicias como su tabla de salvación.
El cerco legal sobre el P2P también se va ampliando y cada vez es más difícil "pillar" cosas por el cierre o baneo de servidores (sobre todo pelis clásicas), pero no lo hacen para recuperar las salas, sino para la siguiente vuelta de tuerca: el streaming.
50, 100, 200 pavos...o más, al mes, lo que se gastará cualquiera hoy en día en netflix, amazon, HBO, Apple, Disney y lo que haya por ahí, un negocio muy suculento que nadie quiere dejar escapar. Ahora ya da igual la calidad de las películas, pueden hacer mierda que la gente va a pagar igual a final de mes. ¿Puede ser el fin del cine? No creo, pero sí puede ser el final de una forma de hacer cine, con grandes interpretaciones, con guionistas que son estrellas, con fotografía muy cuidada; con historias desafiantes, arriesgadas o perturbadoras, que prueban los límites de la audiencia. Y si no ha llegado ese final, es posible que esté cerca de hacerlo.
La generación que vio El Padrino en la pantalla grande está cerca de desaparecer, y no parece que vaya a haber un relevo; a veces me siento un Alien cuando me pongo a hablar de Hitchcock o Buñuel, prefiero no hablar del expresionismo alemán o la nueva ola francesa, que igual llaman a un psiquiátrico. En los últimos años no es raro que entre a una sala de cine de estas modernísimas y sólo haya 4 o 5 personas para 200 butacas, incluso he llegado a ser el único espectador, ni busco mi asiento, me voy directo al centro, total quién se va a quejar, que diferencia con p. ej. Eyes Wide Shut, la última de Kubrick, cuando aquel año de 1999 había que ir con media hora de antelación para pillar entradas en un buen sitio; no cabía ni un alfiler en un día cualquiera de entresemana.
En fin, menudo rollo he soltao, creo que el cine acabará como la Música Clásica, una expresión artística que ya dio sus mejores momentos en el siglo XX, pero que ahora sólo será cosa de frikis y amantes del lenguaje audiovisual. Y ahora sigan viendo su serie online favorita...mañana estrenarán otra nueva y vuelta a empezar.