#45 Sin acritud, la mayoría de personas que despliegan ese discurso mezquino, miserable, egoísta, miope, obtuso e insolidario se lo he visto argumentar a auténticos muertos de hambre con ínfulas y con fuertes deseos aspiracionales a ser lo que no son y que nunca lograrán.
Es el típico: "yo tuerto, pero tú ciego, porque seré pobre pero yo no me quiero parecer a ti, a pesar de que sea lo mismo".
Es una especie de monstruoso Síndrome de Estocolmo mezclado con un masoquismo enfermizamente obsesivo.
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#13 Su "fruta madre", querrás decir.