No le falta razón pero no hace falta irse tan lejos: En el momento que los bancos centrales, mediante la impresión de dinero, y los empresarios, mediante las subidas de precios, controlan la inflación; ahorrar se vuelve inútil. Invertir puede ser la solución pero es bien sabido que sólo una pequeña parte de la población puede hacerlo. La mayoría de ahorradores son robados poco a poco por la imparable fuerza de la inflación pues su dinero cada vez vale menos. Mientras la inflación esté controlada por agentes externos a la democracia y al estado, el poder del dinero residirá en los poderosos a costa de los débiles.
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Pobrecito cuando se entere de que en España, como en cualquier estado de derecho, hace falta orden judicial para que las fuerzas del estado entren en una morada. Pero por ahí se empieza: jaleando, escupiendo odio y miedo. Primero querrán entrar en las casas de los migrantes y luego en las de todos aquellos que no piensen como ellos.