Mohamed conversaba con un amigo: —Entonces, ¿nunca pensaste en casarte? —Sí, pensé —respondió Mohamed—. En mi juventud resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco y conocí a una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo. Continué viajando y fui a Isfahan; allí encontré a una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero no era bonita. Entonces, resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa y conocedora de la realidad material. —¿Y por qué no te casaste con ella? —¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella también quería un hombre perfecto.
Cuento Sufí
Comentarios
¡Que enjundia tienen muchas de estas historias antiguas!
Buen aporte
Para encontrar a la mujer perfecta solo hay que viajar.
Para casarte con ella hay que saber freír un huevo (como mínimo).
A cocinar!
Es la mirada del observador lo que hace atractivo - atractiva a alguien. 😋
#3 Algunas personas dicen que beben para hacer más interesantes a los demás.
Sólo hay que mirar los perfiles de Tinder para ver quienes exigen mucho sin haberse mirado al espejo.
Como dice Erich Fromm en el Arte de Amar: "Es el mercado amigo!!"