Los análisis electorales de los medios de desinformación son la mar de curiosos: casi todo el mundo se olvida de los datos para llegar a conclusiones. Sin entrar a valorar estas opiniones, escribo esta entrada para destacar los datos que no verás en ningún medio. Empezamos partido a partido.
En primer lugar, el “gran” ganador: el PSOE. Le han votado 7´5 millones de personas, un 28´4 % de los votos escrutados. Con ello, ha obtenido 123 diputados, un 35´1% de la representación en el congreso (una sobrerrepresentación del 6´8 % sobre el total de diputados). Cada diputado le ha costado 60 819 votos, 2´8 personas de cada 10 le han elegido. En el caso hipotético de que el sistema fuera puramente proporcional hubiera obtenido unos 99 diputados, es decir 24 diputados menos de lo que realmente obtuvo.
En segundo lugar, el “gran” perdedor: el PP. Le han votado 4´4 millones de personas, un 16´5 % de los votos escrutados. Con ello, ha obtenido 66 diputados, un 18´9% de la representación en el congreso (una sobrerrepresentación del 2´3% sobre el total de diputados). Cada diputado le ha costado 66 000 votos, 1´7 personas de cada 10 le han elegido. En el caso hipotético de que el sistema fuera puramente proporcional hubiera obtenido unos 58 diputados, es decir 8 diputados menos de lo que realmente obtuvo.
En tercer lugar, el “otro” ganador: Ciudadanos. Le han votado 4´1 millones de personas, un 15´7 % de los votos escrutados. Con ello, ha obtenido 57 diputados, un 16´3% de la representación en el congreso (una sobrerrepresentación del 0´6% sobre el total de diputados). Cada diputado le ha costado 72 572 votos, 1´6 personas de cada 10 le han elegido. En el caso hipotético de que el sistema fuera puramente proporcional hubiera obtenido unos 55 diputados, es decir 2 diputados menos de lo que realmente obtuvo.
En cuarto lugar, el “otro” perdedor: Unidas Podemos. Le han votado 3´7 millones de personas, un 14´1 % de los votos escrutados. Con ello, ha obtenido 42 diputados, un 12 % de la representación en el congreso (una infrarrepresentación del 2´1% sobre el total de diputados). Cada diputado le ha costado 88 879 votos, 1´4 personas de cada 10 le han elegido. En el caso hipotético de que el sistema fuera puramente proporcional hubiera obtenido unos 50 diputados, es decir 8 diputados más de lo que realmente obtuvo.
En quinto lugar, la novedad: Vox. Le han votado 2´7 millones de personas, un 10´1 % de los votos escrutados. Con ello, ha obtenido 24 diputados, un 6,9 % de la representación en el congreso (una infrarrepresentación del 3´3% sobre el total de diputados). Cada diputado le ha costado 111 549 votos, 1 persona de cada 10 le ha elegido. En el caso hipotético de que el sistema fuera puramente proporcional hubiera obtenido unos 36 diputados, es decir 12 diputados más de lo que realmente obtuvo.
En sexto lugar, la opción más escogida por el electorado: la abstención. 8´4 millones de personas, un 23´9 del censo se abstuvo. En el caso hipotético de que el sistema reflejara la abstención en el congreso, 84 escaños se quedarían vacíos.
A partir de aquí, que cada uno saque sus conclusiones.
La principal que yo obtengo es que los sistemas electorales se elaboran para que se filtre –es decir, se distorsione– la voluntad de la población en unos resultados “aceptables”, eso que llaman gobernabilidad. Como ejemplo, tomemos los datos del partido ganador. El PSOE obtuvo el 21´2% de los votos del censo electoral; es decir, en los próximos meses en España se podría formar un gobierno que represente solamente a 2 de cada 10 votantes. En puridad, el PSOE solo contaría con 74 diputados de 350 (tiene una sobrerrepresentación de 49 diputados si se calcula sobre el censo electoral), mientras que el resto de escaños se repartirían, como mínimo entre 15 partidos más (PACMA, Front Republicà o BNG entrarían en el congreso).
La voluntad de la población, de 35 millones de personas, no se puede concentrar en unos pocos partidos, esto debería ser inverosímil por sí mismo.
Democracia real no es democracia representativa.
P.D.: Los datos estadísticos están calculados de forma “casera”, si observan error: reporten.
Comentarios
Las reglas pueden gustar o no pero estaban ahí antes de ir a votar. El que se abstiene por tanto sabe cuáles son las consecuencias de abstenerse y aún así decide no votar.
#2 exacto, el sistema es el que y ha demostrado ser de lo menos malo. La democracia directa es imposible porque no todos cabemos en el ágora y el voto telemático es susceptible de ataques. Lo de las asambleas tampoco ha funcionado, tienen problemas, como la espiral del silencio de Noelle-Newmann, que las convierten en sistemas de representación viciados. La crítica está bien pero está mejor que se propongan sistemas alternativos.
#3 Tienes razón... Tu comentario me ha hecho reflexionar: ILP, referéndum, representación popular y todas las posibles variantes y propuestas de cuantos pensadores hayan existido echados por la borda por dovalillo en un comentario de 30 segundos.
#4 tienes la comprensión lectora de un coco.
#5 Vaya hombre! Acumulaba dieces en Primaria en el cuaderno de comprensión lectora.
La democracia de 1 persona 1 voto queda lejos cuando encima un diputado cuesta mas o menos dependiendo encima de que partido seas y donde te presentas.