Cuando un terremoto de 7.8 grados sacudió Nepal en abril de 2015, acabó con la vida de más de 8.000 personas y convirtió la mayor parte del país en una zona de catástrofe. 17 días después, cuando se estaban estableciendo las operaciones de recuperación, un terremoto de 7.3 grados causó aún más destrucción. Entre la desolación, el caos y el pánico tras la catástrofe, los casos de trata infantil son casi inevitables, al igual que ocurrió tras el tsunami de 2004 en el sur de Asia, el terremoto de 2010 en Haití, la sequía de 2011 en el Cuerno...
Comentarios
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#1 O en palabras de Ford Fairlane... Tanto gilipollas y tan pocas balas.
Bueno, los desastres y accidentes, sirven para dar mucha pena y recaudar fondos para las ONGs y demas entes que viven de los sentimientos de culpabilidad de los que no tienen carencias graves.
Si a esa noticia se le añaden unos cuantos niños desvalidos, mujeres heridas o perros y gatitos muertos,l antes de llegar al numero de cuenta bancaria para hacer el ingreso, el asunto recauda mucho mas.