Las 4:00 de la madrugada, contentos tras un exitoso concierto y tambien agotados, la jornada ha sido larga. Coche cargado en la puerta de la sala Siroco. Es el momento de acabar la noche. Conduce Jesús que, tras el bolo, apenas ha bebido. Encendemos el aparatito mágico que nos lleva hacia la casa que Paskual Muerdo tan amablemente nos ha cedido en Madrid para estos dias. Arrancamos. Todo bien, hasta que en una interseccón grande, nos topamos con un control policial enorme.
Comentarios
Si la intersección era grande, cómo quería que fuese el control...
Define "control policial enorme".
-"Que no te la chupo"
-"Plancho yo durante un mes"
Fin
Que dramatismo, lo que describe no es ni odio ni amor... es un control rutinario en el que no te van a tocar las palmas y jalear para montar la fiesta en la calle...
#3 Un control rutinario no suele ser "amable", cuando no hay motivos para que sea de otra manera. Pero vamos, no creo que sea por la policía, sino porque hay mucha gente que en su trabajo tiene tanta mala leche como fuera y claro, eso no ayuda. Me ha gustado mucho la historia. Los pequeños gestos son importantes.