Hace 3 años | Por --358834-- a lavozdegalicia.es
Publicado hace 3 años por --358834-- a lavozdegalicia.es

Será que tienen menos poder adquisitivo, que consumen menos, será que votan poco. Piensen y repararán que no hay medidas de desescalada que afecten a este tramo de edad. Para el de cero a cinco años poca más atención se dio: alguna medida por favorecer el trabajo de padres y madres. Ni normas ni medios, nadie se ocupó de ellos. Pero alguien se ocupa de ellos. Por supuesto.

Comentarios

D

Eso estaba claro desde el minuto 1. Se ha cerrado todo lo que no es "productivo", y finalmente hubo que cerrar todo, y ahora, se va abriendo la economía, se abre todo lo que mueva dinero, y los niños en los colegios no mueven dinero, los niños en sus parques infantiles no mueven dinero, pero en los bares sí. Por eso se permite llenar los bares mientras los parques infantiles siguen precintados.

Lo mismo que se ha podido ir a trabajar en metro sin problemas, pero no te dejaban salir a correr tú sólo para evitar contagios.

D

#2 pero no todo el mundo cae en la cuenta del peligroso giro social de los últimos 50 o 60 años. Hemos pasado de tener a los niños y a los ancianos como el sector de población a defender contra viento y marea, a considerarlos como materia prima y residuos a reciclar, en función de los intereses económicos predominantes. Y no está dependiendo de sociedades de izquierdas o de derechas, si no de sociedades 'modernas' o 'arcaicas'.

D

Adjunto traducción del artículo (para los que se abruman con la complejidad del idioma gallego )
"Será que tienen menos poder adquisitivo, que consumen menos, será que votan poco. Piensen y repararán que no hay medidas de desescalada que afecten a este tramo de edad. Para el de cero a cinco años poca más atención se dio: alguna medida por favorecer el trabajo de padres y madres. Ni normas ni medios, nadie se ocupó de ellos. Pero alguien se ocupa de ellos. Por supuesto.

Las actividades relacionadas con la agricultura y pesca, y las del transporte y el comercio asociado a ellas nunca pararon, ni las de los servicios de salud. ¡Pura vida! Siempre trabajaron los medios de comunicación necesarios para comunicar -también los inútiles a tal fin-, y banca y seguros porque el dinero nunca para. Industria y construcción pararon en los días más críticos de la epidemia y reiniciaron la actividad lo antes posible. Algo después el comercio. A partir de ahí la danza de intereses dejó ver qué importa socialmente y qué no. Las tabernas, de la explanada a la barra, restaurantes, hoteles, playas y servicios religiosos fueron regulados. Lo que define el sector identificado con el turismo se situó en el centro del debate de la desescalada. Enseguida discotecas y ocio nocturno, cines y teatros y servicios de ocio. La cultura pidió paso. Incluso escuchamos ya hablar de la tauromaquia, ese eufemismo que esconde el acto de pinchar y matar toros por gusto.
Todo esto está en el centro del debate público político y mediático antes de hablar de cómo abrir las escuelas entre 5 y 17 años. Los de 18 tuvieron atención por la selectividad. De universidad e investigación ya quedó dicho. Entre 18 y 25 muchos hacen otros estudios superiores o están en prácticas. En estas edades muchos hacen actividades deportivas de equipo que están suspendidas y no escuché que se había convertido en un problema público o político. Tampoco sé de ningún programa de mucha audiencia de radio o TV que halla ocupado un minuto en preguntarse que están haciendo la chavalada y la infancia. A que dedican el tiempo estos meses. Que van a hacer hasta septiembre es un asunto que está practicamente fuera del debate público y político. Los efectos que tenga ese parón en su formación también. ¿Duermen y vaguean? ¿Engordan? ¿Se hacen ludópatas? ¿Los tragaron las pantallas?
Puedo contar lo que se sabe aunque no llegue a la esfera pública. Resulta que si la infancia y la juventud siguen con su formación es porque hay un profesorado de secundaria que desde sus casas y las direcciones de los centros continúan comprometidos con la docencia. Sin un aplauso, un agradecimiento político ni una noticia de telediario. Y hay muchos casos para contar. Tengo una amiga en Narón que instaló una antena de wifi en la casa para poder lograr la cobertura necesaria para dar las clases on line a sus alumnos. Otra en Ferrol tuvo que localizar a un tercio de sus alumnos para poder, a través del Secretariado Gitano, mandarles materiales todas las semanas. Otra hizo lo mismo gracias a la Guardia Civil y una copistería de Sigüeiro. Otra de Santiago telefoneó uno a uno a todos los padres/madres de su tutoría. Las crisis destapan los defectos colectivos porque hacen saltar las costuras que aguantan a las sociedades y contienen los problemas. Entre las muchas cosas que descubrió esta crisis está la radical inversión de valores que experimentó esta sociedad en lo que va de siglo."