Hace un par de semanas encontrábame yo en una cafetería, saboreando esa maravillosa pócima marrón que nos ayuda a despertar por las mañanas, cuando he aquí, que la señora de enfrente, en su amena-ruidosa-que-toda-la-cafetería-me-oiga-conversación, formuló las siguientes palabras: "Es que a mí me gustan más los niños que las niñas..." ¿Eh?? ¿Cómo? Aquí fue cuando levanté mi ceja inquisidora (soy transparente, no puedo evitarlo) ¿Pero de qué estamos hablando? ¿De bolsos de mano o de bandolera? ¿De un todoterreno o un mini?¿Deun iPhone o un...
Comentarios
- Es que a mí me gustan más los niños que las niñas...
- Escuche señora, yo tengo un niño y una niña, y no soy más de niños o de niñas. Más bien soy más de ser madre, de criar, y de educar tanto a mi hija como a mi hijo en la libertad, el respeto y el diálogo para que NADIE, NUNCA, les convenza de que no pueden cumplir sus sueños. Y que sepa, que tiene un trozo de cruasán ahí en el diente.
Interrumpir una conversación ajena para soltar el discursito del que pesa el tocino en km/h... da poco asco la tía...
#1 Una maleducada jactandose de que le enseña educación y diálogo a sus hijos, y que dice no se qué de un curasàn, que no sé a santo de que viene.
#2 Y esto, sin embargo, no es criticable...
Como dice mi amiga Maica, cuando ve a algún chico de aquellos “guaperas” de nuestra quinta, gordecho y con canas… “ay…los años pasan para todos ¿eh?” mientras le da unas palmaditas en su incipiente panza.
#3 Yo no leí tanto.