Quisiera pedir perdón por un error en mi colaboración de la pasada semana: toda la columna fue un texto fallido que jamás debió ver la luz. No la escribí yo, la escribió un mono.
Se olvida que las personas somos de todo menos coherentes, estoy de acuerdo con todo lo que dice en su anterior artículo, y personalmente estoy de acuerdo en que hay mucha doble vara de medir. Al final se trata de un "soy compañero, coño" para los de tu partido, sea el que sea. Sin embargo, aunque no quita que efectivamente hayan contradicciones y quizás cosas que no se deberían dar, me parece que igual está hilando muy fino por cosas que no dejan de ser anécdotas irrelevantes que se ponen a la altura de cosas mucho más graves.
Eso sí, mi opinión es meramente esa, si eso es lo más grave que tiene que señalar en cuanto a coherencia de los políticos que cita, pues ojalá fueran todos así. Por otra parte, es cierto que mucha gente se comporta como fanáticos en cuanto señalan a sus salvadores favoritos.
La convivencia con el animal no es fácil. El mono –en realidad un chimpancé– es una criatura engreída, egoísta y maniática. En más de una ocasión he querido deshacerme de él pero todos los intentos han sido en vano. No ya por el hecho de que no es fácil encontrar a alguien que quiera hacerse cargo de un animal que erguido mide metro y medio y pesa más de ochenta kilos, sino por el propio carácter del mono. De su difícil temperamento es buena muestra el que la propia Jane Goodall lo expulsara de una de sus reservas.
Y ahora, que levanten la mano los que tengan una pareja que casa 100% con la descripción.
#1 Me ha encantado, la forma y el fondo. Si escribe algún libro del estilo Eduardo Mendoza se lo compro. Me he reido y al final le he tenido que dar la razón.
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Se olvida que las personas somos de todo menos coherentes, estoy de acuerdo con todo lo que dice en su anterior artículo, y personalmente estoy de acuerdo en que hay mucha doble vara de medir. Al final se trata de un "soy compañero, coño" para los de tu partido, sea el que sea. Sin embargo, aunque no quita que efectivamente hayan contradicciones y quizás cosas que no se deberían dar, me parece que igual está hilando muy fino por cosas que no dejan de ser anécdotas irrelevantes que se ponen a la altura de cosas mucho más graves.
Eso sí, mi opinión es meramente esa, si eso es lo más grave que tiene que señalar en cuanto a coherencia de los políticos que cita, pues ojalá fueran todos así. Por otra parte, es cierto que mucha gente se comporta como fanáticos en cuanto señalan a sus salvadores favoritos.
Releamos la descripción del mono:
La convivencia con el animal no es fácil. El mono –en realidad un chimpancé– es una criatura engreída, egoísta y maniática. En más de una ocasión he querido deshacerme de él pero todos los intentos han sido en vano. No ya por el hecho de que no es fácil encontrar a alguien que quiera hacerse cargo de un animal que erguido mide metro y medio y pesa más de ochenta kilos, sino por el propio carácter del mono. De su difícil temperamento es buena muestra el que la propia Jane Goodall lo expulsara de una de sus reservas.
Y ahora, que levanten la mano los que tengan una pareja que casa 100% con la descripción.
Perfecto. Me da pena por el mono (yo coincido con su opinión) pero al fin y al cabo la opinión dominante es la que manda.
tu envío lo escribió Vairaumati.
#1 Me ha encantado, la forma y el fondo. Si escribe algún libro del estilo Eduardo Mendoza se lo compro. Me he reido y al final le he tenido que dar la razón.
#2 nadie ha entendido lo de vairaumati. 😪