Hace 7 años | Por automatix a henaresaldia.com
Publicado hace 7 años por automatix a henaresaldia.com

He escuchado muchas veces al profesor Francisco Burillo, presidente de la asociación Serranía Celtibérica, decir que el problema de la despoblación tiene arreglo, que no es irreversible, que aún hay salida aunque ésta sea difícil y costosa. Sus palabras son siempre una ducha de rigor y optimismo, pero lo cierto es que los datos alimentan nuestra desesperanza. El interior de España se muere, aunque en este trance convendría evitar el dramatismo y las simplezas.

Comentarios

anxosan

Haz que sea más fácil, más rentable y con mayores beneficios vivir en el campo y la gente vivirá en el campo.

Lo difícil es conseguirlo, y aún más difícil, que los políticos perjudiquen a sus votantes (que están en las ciudades) para favorecer a unos pocos "aldeanos".

a

#1 Muchas veces es un problema de mentalidad, en el pueblo de mi madre no se ha podido hacer la concentración parcelaria hasta que han muerto los viejos que la impedían porque sus x metros cuadrados eran mejores que los de los demas. Sus hijos en Madrid con hipotecas de por vida, y sus nietos no volverán, sus casas se caerán porque no habrá nadie para advertir y reparar las goteras, etc. El panorama a 10-15 años vista es desolador.

La cosa es que efectivamente hay que hacer algo para que sea posible vivir de la agricultura, y no me refiero a subvenciones ni paguitas.

anxosan

#2 Estoy de acuerdo en que hay un problema de mentalidad; pero es un problema más profundo.
En el campo, aún pudiendo vivir de la agricultura o la ganadería, los que lo hacen se sienten atrapados (y es cierto, no pueden abandonar a sus animales o sus tierras; nunca hay vacaciones; todo el mundo lo sabe todo de ti, y sobre todo no hay una alternativa) y aún trabajando menos horas que uno en la ciudad, teniendo un entorno más hermoso, más sano, unas comunidades más seguras y solidarias, etc. ese sentimiento de estar atrapados desasosiega y mucho... y nadie se quiere sentir así, por eso muchos prefieren para sus hijos una vida diferente.
Y esos hijos, aún con la hipoteca de por vida, trabajos de mierda, pisos pequeños, relaciones más superficiales, etc. no se sienten atrapados.
La única manera de cambiar la situación es hacer que estar atrapado en el campo no se vea como algo tan negativo, y suavizar esa situación (haciendo que en el campo tengas los mismos o mejores servicios que en la ciudad, que puedas vivir allí y trabajar donde sea, que los hijos tengan mejor futuro por vivir en el campo, etc.) pero eso es complejo, caro y el beneficio social de empeñar los recursos necesarios, discutible.
La alternativa menos compleja sería hacer ver a los de las ciudades, que están más atrapados que en el campo. En lugar de mejorar el campo, empeorar la ciudad. Pero también es una mala solución.

Mateila

Es jodido pensar en que uno que vive en el campo paga los mismos impuestos que otro que vive en la ciudad, pero mientras que el segundo con un catarro ya lo tienes en urgencias plañendo, el segundo no sólo no va ni al centro de salud, sino que encima, como le dé algo gordo, no llega vivo al hospital más cercano. Con esa justicia social y territorial ¿quién quiere irse al campo?

T

Siendo del mundo rural emigrado a la ciudad me doy por aludido. El artículo no habla del incremento de productividad, si bien hace 50 años una finca pequeña estaba "al día", hoy se necesita tal inversión que el sector primario tiende a concentrarse (es normal que donde había varias familias hoy una haya comprado las parcelas del resto que se fueron). Tan simple que a tamaños de negocio anteriormente viables hoy producirían bienes excesivamente caros por su falta de inversión.

#3 En realidad, aunque el mundo rural tenga peores servicios, le puede costar más dinero/habitante al contribuyente.

Es mucho más eficiente concentrar gente en ciudades porque se hace más fácil racionalizar recursos. Lo que sale caro es tener un colegio donde no cuadren los ratios 25 alumnos/maestro (he llegado a ver clases de menos de 10) o tener servicios médicos que en una ciudad estarían razonablemente aprovechados pero en zonas despobladas o están infrautilizados o se tienen que ir a la ciudad. Ídem para transporte público que ves un autobús con 3 personas mayores, vamos todo lo público en general.