Hace 9 años | Por Findopan a alternet.org
Publicado hace 9 años por Findopan a alternet.org

Para un Nativo Americano la historia de Acción de Gracias no es muy alegre, pero un miembro de la Nación Dineh y la Yankton Dakota Sioux encuentra una ocasión la la esperanza. Un clásico de Acción de Gracias de AlterNet. Traducción en #1.

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Findopan

Yo celebro Acción de Gracias. Esto quizá pueda sorprender a quienes se preguntan que piensan los Nativos Americanos de esta celebración oficial en Estados Unidos sobre la supervivencia de los recién llegados en una invasión Europea que culminó en la muerte de entre 10 y 30 millones de nativos. Para mí Acción de Gracias nunca ha tratado de los Peregrinos.
Cuando tenía seis años mi madre, una mujer de la nación Dineh (Navajos), nos dijo a mi hermana y a mí que no cantásemos “La tierra del Orgullo Peregrino” ni “América la Hermosa”. Nuestra gente, dijo, ha estado aquí desde hace mucho más tiempo y ha cuidado mucho mejor la tierra. Nosotros cantaríamos “La tierra del orgullo Indio” en su lugar. Estaba orgullosa de cantar estás nuevas letras en la escuela, pero lo hacía bajito. Era suficiente para mí saber la diferencia.
Con seis años, me sentí como si hubiera aprendido algo muy importante. Como hijo de una familia Nativa Americana, eres parte de un selecto grupo de supervivientes y aprendí que mi familia poseía un conocimiento “interior” de lo que había ocurrido realmente cuando esos pobres y cansadas masas llegaron a nuestros hogares.

Cuando los Peregrinos llegaron a Plymouth Rock eran pobres y estaban hambrientos, la mitad murió a los pocos meses de enfermedades y hambre. Cuando Squato, un hombre Wampanoag, los encontró, se encontraban en un estado lamentable. Hablaba inglés, había viajado por Europa, y se compadeció de ellos.
Sus cultivos ingleses habían fallado. Los nativos los alimentaron durante el invierno y les enseñaron a cultivar sus alimentos. Estos no eran simplemente “Indios amistosos”, ya habían experimentado a los comerciantes de esclavos Europeos asaltando sus aldeas durante más o menos 100 años y eran cautelosos, pero su manera de ser era la de dar sin pedir a cambio a los que no tenían nada. Entre muchos de los nuestros, demostrar que puedes dar sin reservas es la manera de ganarse el respeto. Entre los Dakota, la gente de mi padre, se dice, cuando se les pide algo “¿No somos Dakota y estamos vivos?”. Se creía que dando habría suficiente para todos, exactamente lo contrario al sistema donde vivimos ahora, que se basa en vender, no en dar.

Para los Peregrinos, y muchos ingleses y europeos, los Wampanoags eran bárbaros y diabólicos. Ellos no veían a Squanto como a un igual sino como un instrumento de su Dios para ayudar a sus Elegidos, ellos mismos. Desde ese intercambio inicial la comida Nativa Americana se ha difundido alrededor del mundo. Casi el 70% de los cultivos actuales fueron cultivados originalmente por pueblos Nativos Americanos. A veces me pregunto que comían en Europa antes de conocernos ¿Espagueti sin tomate? ¿Carne con patatas sin patatas? Y el “primer Acción de Gracias” los Wampanoags proveyeron la mayoría de la comida -- y firmaron un tratado que cedía a los Peregrinos el derecho a la tierra de Plymouth, la verdadera razón del primer Acción de Gracias ¿Qué hicieron los Europeos a cambio?

En los siguientes 20 años las enfermedades y la traición europeas diezmaron a los Wampanoags. Muchas enfermedades vinieron de los animales que los europeos habían domesticado. La viruela bovina llevó a la viruela, uno de los grandes asesinos de nuestro pueblo, que se extendió a través de regalos de mantas usadas por europeos infectados. Algunos estiman que las enfermedades representaban una cifra de muertos que alcanzaba el 90% en algunas comunidades Nativas Americanas. Por 1623, Mather el anciano, un líder Peregrino, daba las gracias a su Dios por destruir a los bárbaros salvajes y despejar el camino “para un mejor crecimiento”, es decir, para los suyos.

En historias contadas por el pueblo Dakota una persona malvada siempre mantiene su corazón en un lugar secreto separado de su cuerpo. El héroe debe encontrar ese lugar secreto y destruir el corazón para acabar con el mal. Yo veo, en la historia del “Primer Acción de Gracias”, un corazón oculto Peregrino. La historia de ese corazón es el verdadero relato que necesita ser contado ¿Qué tiene dentro? ¿Fanatismo, odio, codicia, superioridad moral? Nosotros hemos visto el mal que causó en los siguientes 350 años. Genocidio, devastación ambiental, pobreza, guerras mundiales, racismo ¿Dónde está el héroe que destruirá en corazón del mal? Yo creo que debe estar en cada uno de nosotros. De hecho, cuando de gracias este Jueves y cocine mi comida nativa, estaré pensando en este corazón escondido y como mis ancestros sobrevivieron al daño que ha causado.
Porque si podemos sobrevivir con nuestra habilidad para dar y compartir intacta, entonces el mal y la buena voluntad que se conocieron ese día de Acción de Gracias en la tierra de los Wampanoags completarán el círculo. Y la curación podrá comentar.

Jacqueline Keeler es un miembro de la Dineh Nation y Yankton Dakota Sioux. Su trabajo ha aparecido en “Vientos de Cambio”, una revista India Americana.