Hace 2 años | Por vangraff a youtube.com
Publicado hace 2 años por vangraff a youtube.com

Video de Japón en la postguerra restaurado en 4k y 60fps.

Comentarios

D

El tranvia a toda leche a pesar de la gente en la calle, hoy tienen trenes bala. El suelo tan limpio como hoy en día, nada de suciedad en las calles. El modo de vestir bastante occidental con sombreros incluidos.

Janssen

Evidentemente el film es en una zona que no se vio afectada por la guerra, calles limpias, la gente bien vestida. En fin

Tannhauser

#8 Debe ser después de la guerra, en el 1:24 a la derecha se ve a 2 militares occidentales y a uno de ellos se le cae la gorra, el otro parece de la marina por la gorra blanca.

g

#9 qué ojo tienes

chuse

soy yo o la gente va caminando chocándose como si nada les importara? Parecen muy irrespetuosos!. No les pega nada.

guaperas

#3 creo que la posguerra y ocupación militare no deja a la gente la cabeza muy optimista

Puede ser parte de la explicación. No se puede comparar con el ambiente que hay ahora.

m

#6: Mi consejo cuando se restaura algo es inventarnos lo menos posible.

De hecho una condición fundamental para un algoritmo de aumento de resolución en mi opinión es que al reducir la resolución quede como el original.

m

Sigo sin ver el sentido a cambiar el número de fotogramas en un factor no entero... Si lo duplicas al menos siempre vas a tener una mitad bien, pero si cambias 24 por 60, la IA se va a tener que inventar casi todos.

D

#4 lo que no quiere decir que los inventados no sean indescirniblemente correctos

diskover

Debe de ser el peor colorizado que he visto en mi vida.

Ommadawn

Hostias... En el minuto 3:25 del vídeo se ve que se guardaban poco las distancias de seguridad con los ciclistas 😮

musg0

Entre los colores, la música y el efecto telenovela el video da mucho mal rollo. Uncanny valley de manual

D

Antes la gente se quedaba media mosqueada mirando las cámaras porque había pocas y eran raras de ver, pero ahora están presentes hasta dentro de la sopa.

#1 Gracias, Sara.

Y ni una santa mascarilla, oiga!