Durante la primera mitad del siglo XX, este marsellés de origen catalán fue conocido en circos y teatros de variedades por su talento para controlar sus intestinos y hacer del pedo un arte. Además de apagar velas a una considerable distancia con una ventosidad, era capaz de tocar conocidas melodías con instrumentos de viento con el culo e incluso de fumar. Nada del otro mundo si no fuera porque, mientras lo hacía, él podía mantener una conversación.
Comentarios
#3 Aquí no viene recogido así:
http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=duplicado
Duplicada: https://www.meneame.net/search?q=petomane&w=links&p=&s=&h=&o=&u=
#2 duplicada no se debería considerar un envío que nunca ha llegado a portada.
Para que luego digan que los hombres no podemos hacer dos cosas a la vez.