Un espejo y una espada la convirtieron en una tumba única en Europa occidental. Los arqueólogos la encontraron en 1999 en la isla de Bryher, que forma parte del archipiélago de las Islas Sorlingas, en el sur de Inglaterra. Desde entonces, un misterio. ¿Quién era ese guerrero con tanto apreció por lo marcial como por lo estético? Los análisis de sus dientes acaban de revelar que se trataba de una mujer que murió hace unos 2.000 años.
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Perseo, está claro.
Que lo entierren con una espada no quiere decir que sea un guerrero, y por lo mismo, que lo entierren con un espejo no quiere decir que sea una puta.