Publicado hace 8 años por SalamandrAzul a manjardehormiga.wordpress.com

A las seis y pico de la mañana, el joven comprende que existe algo físico, un hilo orgánico que une nuestros recuerdos al cuerpo de aquellos con quienes los vivimos. Dentro del hospital, la noche es imprecisa: larga y corta a la vez, analgésica y dolorosa. Se asemeja a un trozo de memoria de esos a los que se recurre mucho, por ejemplo, a las viñas de La Mancha en agosto, a un niño que pedalea detrás de la bicicleta de su abuelo y observa con atención su brazo extendido, señalando llanuras y caserones en ruinas, y lo oye...

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