La excelencia académica, encarnada históricamente en los mejores alumnos de Selectividad, eclipsa otras trayectorias destacadas: desde los que se reenganchan tras abandonar a los que hacen posible la convivencia. Estas son sus historias
La medida del éxito no es sólo la de quién despunta conforme a la convención social de excelencia. Afortunadamente los seres humanos somos mucho más que simples recursos productivos o sujetos cuyo objetivo consiste en bator récords. Ojo, que esto último también cuenta, pero solo es un aspecto más de lo que podemos hacer y por lo que se nos debería valorar.
Pues yo veo más importante conocer otros idiomas o adquirir habilidades que el rendimiento acádemico en una zona de transición, aparte de la propia nota de corte que es otra historia.
Se puede criticar mucho el modelo de EEUU pero veo que la diferencia radica en que en que no se ve el título como un fin en sí mismo, sino como un medio para alcanzar los objetivos individuales, por ello es mucho más flexible y fomenta mucho más realizar proyectos propios, más allá de propio papelito.
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La medida del éxito no es sólo la de quién despunta conforme a la convención social de excelencia. Afortunadamente los seres humanos somos mucho más que simples recursos productivos o sujetos cuyo objetivo consiste en bator récords. Ojo, que esto último también cuenta, pero solo es un aspecto más de lo que podemos hacer y por lo que se nos debería valorar.
Pues yo veo más importante conocer otros idiomas o adquirir habilidades que el rendimiento acádemico en una zona de transición, aparte de la propia nota de corte que es otra historia.
Se puede criticar mucho el modelo de EEUU pero veo que la diferencia radica en que en que no se ve el título como un fin en sí mismo, sino como un medio para alcanzar los objetivos individuales, por ello es mucho más flexible y fomenta mucho más realizar proyectos propios, más allá de propio papelito.
¿Te imaginas a un chico de estos llegando a director de El Diario?