Hace 10 años | Por fenix- a eldiario.es
Publicado hace 10 años por fenix- a eldiario.es

A veces pensamos que los chistes sobre causas serias y justas son dañinos, pero quizás no siempre sea así. El otro día, un amigo publicó la siguiente imagen en facebook, me hizo gracia y la compartí. Al cabo de unas horas (o al día siguiente, no recuerdo muy bien), publiqué otra imagen contra las corridas de toros. Al poco tiempo, recibí un mensaje de un grupo animalista (muy cordial) en el que me afeaban un poco la conducta por haber publicado la primera imagen, la de Batman y Robin [...]

Comentarios

Artagnan

Esta otra también "hace mucha gracia", así que aquí la dejo, "porque la felicidad y la risa se comparten"

D

Muy buen artículo, aunque me lo esperaba más científico.
En el fondo, sabemos todos que tras esa risa no hay odio o querencia por la destrucción de nadie, muchas veces es un mecanismo de autodefensa propio, para sentirnos mejores, aunque sea a costa de ideas absurdas imaginadas.
Otras veces nos reímos de desgracias para defendernos de nuestros miedos, como puede ser cuando vemos um suceso trágico pero rocambolesco.

D

Que seriedad es esta, papanatas los hay en todos los lados...

D

La pérdida del humor suele ser mala señal. El humor amigable (no el de burlas) es alegre, produce unión y solidaridad, y relaja.

Cuando no se puede bromear, algo va mal. Un ejemplo: las iglesias (al menos las habituales en España). No veo mal la seriedad en sus momentos oportunos, pero cuando la seriedad se convierte en tal obsesión que uno proyecta su ira o prejuicios sobre quienes ríen, bromean o se alegran, es indicador de que no es una seriedad sana. La jovialidad siempre debería ser bienvenida (pero como decía al principio, sin confundirla con las burlas).