Pero no puedes evitarlo, cariño, ni yo puedo: no lo entiendo, pues he conocido a muchas chicas y muy guapas y no quiero quedarme solo, pero tras dos o tres encuentros todas ellas parecen cenizas. Sólo tú me quedas. Tú eres real. Mi querida esposa, te adoro. Amo a mi mujer. Mi mujer está muerta.
Comentarios
Polvo al polvo, cenizas a las cenizas…
De todas formas, le gustaba mucho el puterío.
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