Hace 2 años | Por Lorenzolamas94 a elpais.com
Publicado hace 2 años por Lorenzolamas94 a elpais.com

Todo comenzó en 2006 cuando el Ayuntamiento de Toledo aprobó urbanizar 220 hectáreas a los pies de la ciudad imperial en una zona llana llamada Vega Baja. Un total de 1.698 viviendas de cemento y cristal acabarían así con los últimos terrenos sin construir de la capital a orillas del Tajo. Pero surgió un problema: justo donde estaban previstos los pisos, el rey Atanagildo, entre 555 y 557, había diseñado la sede regia del reino visigodo, por lo que los restos de aquellos palacios, basílicas, calles o talleres que él comenzó a erigir impedían