Es virtualmente imposible calcular cuantas distribuciones Linux diferentes existen, es casi como intentar calcular todos los sabores de sopa de pollo en el mundo. Tú y un amigo podrían decidir crear su propia distro, usarla solo entre ustedes dos y nadie nunca sabría que existe. Tanto de donde escoger suele ser a veces un arma de doble filo. Por un lado está la maravillosa posibilidad de verse rodeado de un montón de sistemas operativos hechos para un sinfín de gustos y necesidades, y por el otro está la terrible realidad de que muchas veces...