Esto era un país en que los políticos, cuando dejaban de ejercer de política, se dedicaban a juntar bancos que llevaban a la quiebra por una mala gestión y luego pedían la ayuda de sus antiguos amigos políticos para que les sacasen las castañas del fuego y esos amigos políticos, a su vez, pedían la ayuda de otros políticos mas importantes para que les ayudasen también. Y al final quienes pagaron los platos rotos fuimos nosotros: los gilipollas.