La mitad en 2012. El pasado año rompe todos los registros en cinco años con un saldo migratorio negativo de 2.386 personas. Siguiendo la tónica que impera en el conjunto del país, la emigración se ceba entre una horquilla de edad que va entre los 23 y 42 años, siendo los nacidos en la primera mitad de los ochenta los que optan por salir. Así, como ejemplo, el pasado año dejaron la provincia 134 individuos con 26 años, 124 con 35 años o 104 con 31.
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Es una noticia local pero parece un buen registro de lo que está ocurriendo debido a la crisis, especialmente fuera de las grandes capitales. En zonas como Castilla pronto no van a quedar ni los gatos.