Hace 14 años | Por --111372-- a elpais.com
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René Magritte proclamó mil veces que no quería conocer las circunstancias que habían formado su personalidad y, muchos menos, su arte. No creía en el determinismo y rechazó siempre a quienes persistían en interpretar su obra. Pese a ser uno de los artistas más conocidos y valorados en todo el mundo, Magritte no contaba con un espacio dedicado expresamente a sus cuadros. Bruselas, la ciudad en la que vivió prácticamente toda su vida, salda ahora su deuda con la apertura del Museo Magritte, un bello edificio neoclásico situado en la place Royale.