Pocas horas después de atentar con cincuenta kilos de explosivos contra el periódico El Espectador, porque «es el único que habla mal de mí», Pablo Escobar desayuna tranquilo junto a su primo. Es un día precioso. La prensa de la mañana no ha llegado, por supuesto: los talleres gráficos volaron por los aires a las 6:43 AM y él lo sabe porque lo ordenó. Escobar le señala a su primo la ausencia del periódico sobre la mesa.Lo hace con una sonrisa de niño travieso por debajo del bigote.
Comentarios
Aquí en Bilbao tenemos a Los Santxez, que tienen un hijo txalaina y el otro de la ETA.
Alguien se imagina un telediario en el que no pongan a venezuela como una dictadura?
Pues lo mismo...
Estan para lo que estan. El dia que el gobierno quiera dar la imagen de que los etarras son simpaticos hace un par (DOS) llamadas y en 6 meses lo consiguen.
No entiendo la pregunta. Los etarras seguro que son simpáticos... con sus amigos y familiares.
Marchando una Ley de Godwin:
#0 Estos no han visto Vaya semanita.
No sé qué tiene que ver la simpatía con el opus-dei, la verdad.
Alguna encefalopatía? quizá, no lo descarto.
Ojalá se suicidasen todos los etarras