Tragedias diarias que sacuden las vidas de miles de ciudadanos excluidos de la centralidad de la ciudadanía y de la renunciación por decreto social, son la base argumental e informativa de dos programas televisivos de alto impacto emocional y elevados índices de audiencia. Eso dicen sus productores. La Cuatro con Callejeros y La 1 con Comando Actualidad abanderan el buenrollismo social con su aparente denuncia social de alto voltaje. Han convertido la degradación social y personal en la salsa rosa de la pobreza y la exclusión más extrema.
Comentarios
En parte estoy de acuerdo con el artículo, porque de las situaciones mentadas es cierto que se genra un cierto "circo mediático"; pero por otra parte, creo que estos programas realizan una gran labor. Ya no sólo por lo que enseñan ni la manera en que lo hacen, ni por si se sensibiliza al espectador más o menos, sino que, al menos para mí, el trasfondo es comprender por qué en nuestras ciudades -y en el mundo en general- hay personas que se ven obligadas a delinquir o a llevar una vida de mierda, una vida de mierda que no comprendemos sentados en el salón de nuestras casas.
Crecer en un barrio marginal sin aspiraciones a nada no es un espectáculo, es una tristeza; no justifica nada (pues justificación implica justicia); pero al menos, de este modo, comprendemos sus razones. Cuando veo a algunos chicos jóvenes, los típicos "kanis", sentados en un banco viejo en medio de una calle llena de basura, fumando canutos, venidos de casas donde padre y madre están en el paro y consumen drogas... no puedo evitar preguntarme "¿y qué podemos esperar de alguien así?"
Dónde empiezan y acaban las responsabilidades/culpas es un tema que dejo para personas mejor informadas. Como siempre, fue mi opinión personal.