En las últimas semanas muchos ciudadanos catalanes han expresado con contundencia un sentimiento de pertenencia nacional a Cataluña, de rechazo hacia “España” y de profundo agravio por lo que se considera un continuo “expolio” del Estado. A lo primero nada tenemos que decir, los sentimientos son libres y cada cual construye los suyos o se los deja construir. Pero nos permitiréis que con respecto de lo último nos sumemos a la reflexión por si pudiéramos alcanzar algunos consensos y comprendernos mejor.
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APUDEPA es la Asociación de Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés (que sin esto no se entienden muchas cosas).
"Apudepa ha defendido y defiende que el catalán sea lengua oficial en Aragón y, precisamente por considerarla lengua propia, defiende también su derecho de participar en el proceso de su normalización y de referirse a ella con el nombre que mejor le convenga al ejercicio de sus competencias y que mejor exprese esa “propiedad”. "
Como "aragonés oriental", por ejemplo. Hasta aquí ibamos bien.
cuestiona su histórica integridad territorial al negar la “aragonesidad” de las tierras en las que se habla nuestra querida y compartida lengua catalana y trata de imponer el concepto colonialista y reaccionario de Países Catalanes. Apudepa ha defendido y defiende que el catalán sea lengua oficial en Aragón y, precisamente por considerarla lengua propia, defiende también su derecho de participar en el proceso de su normalización y de referirse a ella con el nombre que mejor le convenga al ejercicio de sus competencias y que mejor exprese esa “propiedad”.
¿Aquí están hablando del "aragonés oriental"?
esta carta de Apudepa se dirige en todo momento a aquellos ciudadanos de Cataluña que se sienten “expoliados por España” y que a su vez niegan a Aragón el derecho sobre su patrimonio.
No sé si habrá muchos que se sientan aludidos por algo tan específico.
A mí personalmente el tema me queda muy muy lejos, soy catalán pero no conozco en absoluto lo que reclaman y desconozco por completo si sus reivindicaciones son o no legítimas. Tampoco he leído los argumentos de la otra parte afectada, la que defiende lo contrario que ellos.
Yo en este caso recomendaría incluir en la disputa un mediador neutral, alguien que no tenga intereses en el asunto y conozca bien el tema. Y la resolución que salga de ahí que se aplique.
En cualquier caso me parece que es algo demasiado específico y complejo como para que casi nadie de los que estemos por aquí nos sintamos aludidos en un sentido u otro.
¿Estos son los del cemento o los encofradores indignados?