En Italia, existe un pequeño y pintoresco pueblo costero llamado Otranto. Este pequeño pueblo, de apenas 5000 habitantes, no destaca demasiado del resto de las poblaciones de la zona, a no ser por su historia pasada en la que 800 cabezas cristianas rodaron, en un mismo día, bajo el hierro otomano y porque los huesos de esos 800 mártires decoran, hoy en día, las paredes de su catedral.
Comentarios
No es tan macabra como la italiana, pero en Sevilla también hay una iglesia decorada con huesecillos.
#1 seguro que es de monjes capuxinos... son unos obsesos de la muerte
Ya se de donde sacaron las texturas de las paredes del doom